Obama le exige a General Motors que se prepare para la bancarrota

Agencias

ECONOMÍA

El fabricante de coches tendrá que declararse en quiebra el 1 de junio si su plan no convence a la Casa Blanca

14 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La quiebra del gigante automovilístico General Motors (GM) parece cada vez más cerca. De hecho, la bolsa estadounidense la da ya por hecha: las acciones del fabricante del coches sufrieron ayer otro varapalo, esta vez de más del 15%, con lo que el quebranto anual supera ya el 46%. Y todo después de conocerse que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha ordenado a los responsables de la firma que preparen toda la documentación necesaria para declarar la compañía en bancarrota, en el caso de que el próximo 1 de junio no dispongan de un plan de viabilidad sólido y creíble a los ojos de Washington. Así lo publicaba ayer el diario estadounidense The New York Times , citando fuentes cercanas al proceso de negociación entre la compañía estadounidense y el Gobierno de Barack Obama.

El 1 de junio es la fecha tope establecida por la Casa Blanca para tener sobre la mesa el esquema de la profunda reestructuración que exige a General Motors para seguir inyectándole fondos públicos que la ayuden a superar la grave crisis que atraviesa.

Miembros de la comisión para la industria automovilística designados por el presidente estadounidense trabajaron durante toda la semana pasada codo con codo con representantes del gigante automovilístico y las reuniones continuarán en los próximos días.

El objetivo es prepararse para una quiebra «rápida» y «quirúrgica», según afirmaron a The New York Times fuentes cercanas a las negociaciones. General Motors, que ha obtenido ya una ayuda del Gobierno por importe de 13.400 millones de dólares, insiste en llevar a cabo la reestructuración que le exige Barack Obama para evitar los daños que la declaración de bancarrota ocasionaría a sus ventas y a su imagen. Y los preparativos que le reclama la Administración están dirigidos a asegurar que la firma esté lista para suspender pagos en el caso de que no logre alcanzar el acuerdo que persigue tanto con los tenedores de bonos -a los que les propone canjear una deuda de 28.000 millones de dólares por acciones de la empresa- como con el sindicato de trabajadores del sector automovilístico.

Posibles soluciones

Entre las soluciones que apuntan los expertos figura la creación de una empresa nueva que adquiera los activos «buenos» de GM inmediatamente después de que el fabricante de automóviles se acoja a la ley de bancarrota. La «buena General Motors entraría y saldría de la protección que le ofrece la legislación de quiebras en solo dos semanas, utilizando entre 5.000 o 7.000 millones de dólares» de ayudas aportadas por el Gobierno. La otra GM necesitaría una financiación pública de 70.000 millones de dólares o posiblemente más para afrontar las obligaciones derivadas del seguro médico y la liquidación de fábricas, según los expertos judiciales y funcionarios citados por el diario estadounidense.