Obama avisa al G-20 de que «la era de la irresponsabilidad ha terminado»

ECONOMÍA

Sarkozy responde que la política no es solo hacer discursos bonitos y recuerda que la crisis no empezó en Europa. Por Tomás G. Morán, enviado especial a Londres

02 abr 2009 . Actualizado a las 13:53 h.

Los británicos no tienen presidente (se arreglan con una reina y un primer ministro), y por ello cuando se refieren al «presidente» suelen hablar del inquilino de la Casa Blanca. El presidente de los ingleses es estos días más que nunca Barack Obama, omnipresente en los tabloides londinenses, en cada conversación de pub, y en muchas pancartas de los antiglobalización también. Como además en Londres se tiene la sensación de que la vieja Europa le ha dado la espalda a las islas, y no quiere arrimar el hombro para salir del pozo económico, por entender que este desastre lo deben arreglar quienes lo provocaron, parece que la llegada de Obama ha apretado aún más la conexión atlántica, y les ha alejado demasiado de París y Berlín. «[Británicos y estadounidenses] somos más fuertes si estamos juntos», proclamó ayer «el presidente» desde Downing Street, en una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro Gordon Brown en la que el gran protagonista fue Nicolas Sarkozy.

La amenaza del presidente francés de levantarse de la mesa si los acuerdos a los que llegue hoy el G-20 no son satisfactorios fue replicada con menos vehemencia, pero con la misma claridad, por Barack Obama. El mandatario estadounidense admitió que «cada país tiene sus propios intereses», pero apeló al «sentido de la urgencia», a la «dimensión humana de la crisis, a las personas que están perdiendo sus empleos, sus casas, sus ahorros», para pedir unidad y altura de miras a los asistentes a la cumbre. «La historia demuestra que si las naciones no cooperan, el precio que pagan los ciudadanos es mayor, y eso no lo podemos consentir ?advirtió?. Si no actuamos ya, la crisis irá a más». «Y Estados Unidos ?admitió? no puede ser el único motor del crecimiento económico». Obama aseguró que llega a Europa «a proponer ideas, pero también a escuchar». «No vamos a estar de acuerdo en todo, pero hay mucha más convergencia de la que se está trasladando a la opinión pública; las diferencias se han exagerado».

Preguntado por la corriente de opinión europea según la cual la crisis es culpa de lo ocurrido en su país, el nuevo inquilino de la Casa Blanca admitió que «los sistemas de regulación en EE.UU. no fueron adecuados». Además, explicó: «En la situación actual es normal que, dada la relevancia de nuestro mercado en el mundo, algunos países miren hacia Estados Unidos», pero instó a «perder más tiempo en mirar hacia adelante, que en identificar culpables», porque, en clara alusión a George W. Bush, «la era de la irresponsabilidad ha terminado». Por ello, aseguró, en la histórica cita de hoy «se tomarán las decisiones adecuadas y se sentarán las bases para que no volvamos a padecer una crisis así».

Por la tarde, Sarkozy siguió echando leña al fuego y aseguró que la idea del G-20 partió de Europa, «pero la crisis no surgió precisamente en Europa». Y en referencia a Obama opinó que «la política no es solo hacer discursos bonitos».

El «premier» británico pronostica que «no habrá recuperación hasta que los bancos estén limpios»

Gordon Brown, que tiene a la vuelta de la esquina sus primeras elecciones generales ?es primer ministro por la dimisión de Tony Blair?, y se desayunará hoy con la foto de la cita entre Barack Obama y su rival, el conservador David Cameron, no fue cicatero en elogios con su flamante huésped. «Has logrado cambiar América en 70 días, y su forma de relacionarse con el mundo», le espetó en la cita con la prensa.

El anfitrión de la cumbre refutó las críticas acerca de que las grandes potencias llegan divididas a la reunión de hoy. A diferencia de lo ocurrido en la crisis del 29, «en la que se tardó 16 años en llegar a un acuerdo, el mundo está ahora más unido que nunca». No obstante, advirtió: «No podemos permitirnos una cumbre de mínimo denominador común». El premier británico, que limó asperezas por teléfono con Nicolas Sarkozy y aseguró que este no se levantará hoy de la mesa, admitió que las negociaciones «están siendo duras», y que «no será fácil» llegar a acuerdos, pero garantizó una solución: «Hoy [por ayer] discutiremos, mañana [por hoy] tomaremos decisiones».

Obama y Brown están de acuerdo en que la economía mundial debe superar en esta cumbre cinco test: 1) La reestructuración del sistema financiero, con la introducción de más transparencia y más supervisión, sobre todo en el caso de productos complejos de un determinado riesgo. «No habrá recuperación hasta que los bancos estén limpios», pronosticó Brown. 2) Un plan para estimular el crecimiento económico, con medidas de apoyo a las familias y los trabajadores que lo pasan mal. 3) Una reforma del FMI (en la práctica, darle más dinero) para que pueda ayudar a los países más afectados por la recesión. 4) Un compromiso contra el proteccionismo que relance el comercio mundial. Y 5) Una revitalización del cumplimiento de los objetivos del milenio para que los países en vías de desarrollo puedan salir de la crisis cuanto antes».

Gordon Brown pide a Zapatero que medie ante Francia y Alemania para llegar a un acuerdo

No solo Obama ha llegado a Londres. También Zapatero, que aterrizó ayer en el aeropuerto de Heathrow a media tarde sin su esposa (la señora rubia que le acompaña todo el rato por Londres es su intérprete, en contra de lo afirmado por los comentaristas de televisión británicos). El presidente español llegó a tiempo para asistir en la Galería de Pinturas de Buckingham Palace a una recepción de la reina a todos los asistentes a la cumbre. Fue allí donde tuvo ocasión de saludar a Obama, con quien mantuvo después su primera entrevista. Según fuentes del Ejecutivo español, el mandatario estadounidense le trasladó su interés por visitar pronto España. Posteriormente, Zapatero se desplazó a la sede del Gobierno británico para cenar con el resto de los líderes.

En su intervención ante los líderes mundiales, Zapatero, que estuvo sentado entre el presidente de Sudáfrica y el primer ministro australiano, defendió el esfuerzo inversor efectuado hasta la fecha por España para contener la crisis, planteó la necesidad de que se produzca un esfuerzo coordinado de todos, y vinculó la ampliación de medidas fiscales a que el FMI efectúe un seguimiento permanente para ver si las adoptadas hasta ahora están dando frutos. Además, defendió que si hacen falta esfuerzos adicionales, estos se centren en sectores con potencial de crecimiento, como del I+D+i o las economías verdes.

Comparte la postura europea

Respecto a la posición que mantendrá en la cita de hoy, Zapatero recibió de Gordon Brown el encargo de mediar ante Alemania y Francia, los dos países más críticos con la postura oficial, para que se pueda llegar a un pacto que permita establecer nuevas normas de regulación del sistema financiero. España, explicaron fuentes de la Moncloa, comparte la postura europea, pero es consciente de la importancia de la cita y por eso considera imprescindible que la cumbre culmine en un acuerdo.