El grupo San José reconoció, a través de un portavoz, que el proceso para la refinanciación de los 1.200 millones de euros de deuda (200.000 millones de pesetas) sigue abierto, por lo que no puede «hacer ningún comentario». Otras fuentes conocedoras del caso indicaron que la negociación «no se cerrará en diciembre ni muy posiblemente en enero». El conflicto radica en que la treintena de bancos que se agrupan en el sindicado (soportan una deuda conjunta de 900 millones) exigen que todos los activos del grupo constructor-inmobiliario entren en el acuerdo. Por el contrario, explican las mismas fuentes, otras entidades que «van por libre», como es el caso de Caja Madrid y el BBVA (a las que el grupo de Jacinto Rey les debe unos 350 millones), intentan no incluir en la negociación determinados activos que podrían quedar diluidos entre tantos acreedores.
Uno de esos activos es la compañía Desarrollo Urbanístico Chamartín (DUCH), de la que el BBVA posee el 72,5% y San José el 27,5%. DUCH es la sociedad adjudicataria de los derechos de desarrollo de los dos millones de metros cuadrados de la llamada operación Chamartín, el mayor plan urbanístico de Europa. En esta localización el BBVA quiere levantar su nueva sede, a la que se trasladarán los 6.500 trabajadores a partir del 2011. Es previsible que este martes se anuncie el protocolo urbanístico de esta zona de Madrid, acuerdo del que están pendientes los antiguos dueños de los terrenos, por los cuales exigen su derecho de reversión (es decir, que les sea restituido). Hace 15 años se constituyó la Asociación de Reversionistas, que agrupa a más de 1.000 propietarios que suman 1.100.000 metros cuadrados, para hacer valer sus derechos ante lo que consideran un «escándalo». Un portavoz de la asociación explica que DUCH ganó la concesión indicando, entre otras cuestiones, que se comprometía a patrimonializar el suelo, logrando un acuerdo con los reversionistas para sacar adelante el plan, llevar a cabo la urbanización y construir la futura estación de tren. De acuerdo este portavoz, DUCH ha mantenido hasta ahora una actitud inactiva: «Lo demuestra el hecho de que nos discuten si ya se ha producido el momento legal en el que podemos tener derecho a la reversión, y ni tan siquiera querían pagar los impuestos por los terrenos, algo a lo que les obligamos a través de una denuncia».
DUCH se había comprometido a hacerse cargo del acuerdo con los reversionistas porque pensó que no aparecerían los antiguos dueños de los terrenos, «y con una pequeña nota en el periódico lo liquidarían de manera gratuita». Sin embargo, la compañía se encontró con que los afectados han encontrado un «caballero blanco», al que han vendido una opción de compra por los derechos de reversión a 286 euros el metro cuadrado. El caballero blanco resultó ser una empresa gallega, según publicó esta semana Cristina Caballero en El Mundo , que hará presión frente a DUCH, quien para llevar a cabo el proyecto tiene que demostrar que tiene el 60% de los terrenos. Se estima que se libere suelo para edificar 16.000 viviendas a precio libre, en lo que se considera la prolongación de la Castellana.
Pero, según fuentes financieras, este no es el único problema de San José, ya que una parte de los bancos no quiere refinanciar la deuda de Parquesol.