El sector del automóvil de EE.UU. piden un rescate millonario

EFE

ECONOMÍA

Los presidentes de Ford, General Motors y Chrysler piden una inyección urgente de 20.000 millones para sortear el «abismo financiero».

19 nov 2008 . Actualizado a las 11:28 h.

Los presidentes ejecutivos de los tres «grandes de Detroit» trataron de convencer a los congresistas estadounidenses de duplicar la ayuda a la industria automotriz, luego de la aprobación de una partida de 25.000 millones de dólares en setiembre, que no fue distribuida.

Alan Mullaly (Ford), Robert Nardelli (Chrysler) y Richard Wagoner (General Motors), comparecieron este martes ante el Comité bancario del Senado argumentando que necesitan 25.000 millones de dólares más para evitar la quiebra.

Insistieron en la interdependencia de las empresas automotrices y los proveedores para tratar de convencer a los legisladores,

«Si no hay un apoyo financiero inmediato, la liquidez de Chrysler podría caer por debajo del nivel requerido para poder asegurar nuestras actividades normales», indicó Nardelli, en su declaración ante el Senado, cuyo texto fue transmitido a la prensa.

Esto pondría en peligro cerca de 56.000 empleos directos de Chrysler, 20.000 millones de dólares en cobertura médica asegurada por el grupo y 35.000 millones de dólares que dejarían de ganar anualmente con los proveedores, indicó.

Pero la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, advirtió este martes que los tres grandes fabricantes de automóviles estadounidenses tienen que reformarse si quieren recibir ayuda pública.

«Esta ayuda debe de venir acompañada de condiciones estrictas», advirtió Pelosi, que evocó por ejemplo un congelamiento de las primas y otras indemnizaciones a los directivos, así como la obligación de «utilizar las nuevas tecnologías» para producir vehículos que consuman menos carburante.

A modo de garantía para el capital invertido, Pelosi pidió la construcción de una fábrica que integre dichos conceptos de aquí a marzo próximo.

«Le decimos a la industria automóvil: no sois solo empresas libres, sois una industria en un país», declaró Pelosi antes de añadir: «Vuestro éxito es importante para el destino industrial de nuestro país. Es importante para la seguridad nacional».

«Está claro que continuar así no va a funcionar», afirmó haciendo alusión a la situación financiera desastrosa de los tres grandes grupos estadounidenses: General Motors (GM), Ford y Chrysler.

Por su parte, el presidente de Ford advirtió que «la quiebra de uno de nuestros competidores tendría un efecto devastador sobre el conjunto de los constructores, manufactura de equipos y concesionarios».

«Nuestra industria es muy interdependiente, en particular para nuestros proveedores (...) si uno de de los constructores nacionales quiebra, los efectos sobre la producción de Ford se haría sentir en los días siguientes, si no en las horas siguientes», apuntó.

Wagoner de GM afirmó que los problemas de su empresa no obedecen a un modelo erróneo, como habían señalado legisladores, sino a la «crisis financiera global, que restringió severamente el crédito y redujo las ventas al menor nivel per cápita desde la II Guerra Mundial».

Los parlamentarios parecen ser difíciles de convencer.

El presidente del Comité, el demócrata Chris Dodd, había advertido que no conoce «un solo republicano dispuesto a apoyar» un rescate de los constructores de automotores.

La administración del presidente George W. Bush, declaró este martes a través de su secretario del Tesoro, Henry Paulson, que el plan de rescate del sistema financiero de 700.000 millones de dólares «no es la panacea para todas nuestras dificultades económicas» y no fue «concebido para ser un plan de reactivación».

El proyecto de ayuda a la industria automotriz favorecido por los demócratas, que busca utilizar parte de los 700.000 millones de dólares, encuentra una decidida oposición de congresistas republicanos.