Los sindicatos paralizan Bélgica en protesta por la subida de los precios

Juan Oliver

ECONOMÍA

07 oct 2008 . Actualizado a las 02:27 h.

Los principales sindicatos de Bélgica lograron ayer paralizar el país con una jornada de huelga general que tuvo un seguimiento masivo en las grandes empresas públicas y privadas, y mucho menos éxito en el pequeño comercio y las pymes. Con la protesta, los trabajadores reclamaron al Gobierno medidas contra la pérdida de poder adquisitivo de las familias, en caída libre desde hace meses por culpa de una galopante inflación que en septiembre alcanzó el 5,5% de incremento interanual.

Los paros tuvieron especial incidencia en el transporte público urbano, que dejo a la capital, Bruselas, prácticamente sin servicio de metro, autobuses y tranvías, ya que solo circularon el 5% de los convoyes. Eso complicó notablemente el trabajo de las instituciones comunitarias, cuyos funcionarios tuvieron que acudir a sus puestos andando o en bicicleta. Tampoco funcionaron tranvías y autobuses en ninguna de las grandes ciudades de Valonia, la región francófona del sur, ni en la mayoría de las ciudades de Flandes, en el norte del país.

Incomunicada

La huelga dejó a Bélgica incomunicada por tren con el resto de sus vecinos, como Alemania, Francia, los Países Bajos y Luxemburgo, por el seguimiento masivo en el sector ferroviario. La construcción, la industria del automóvil y la petroquímica también pararon, mientras el puerto de Amberes, uno de los más grandes de Europa, permanecía completamente cerrado al tráfico de mercancías. También se sumaron a los paros los empleados de las cadenas públicas francófonas de radio y televisión, junto a los de la enseñanza media y superior y gran parte de los funcionarios, sobre todo los del servicio postal.

La jornada de protestas fue convocada hace semanas por los tres sindicatos mayoritarios en el país -socialista, liberal y democristiano-. Aunque el llamamiento conjunto a los trabajadores se refería a una «manifestación general», sin consignas concretas para que cada central pudiera decidir las acciones que llevaría a cabo, en la práctica la mayoría de sectores económicos optaron finalmente por ir a la huelga.

Thierry Bodson, secretario general del sindicato socialista, celebró ayer el éxito de la convocatoria y pidió al Gobierno rebajas inmediatas en el IVA que grava el consumo de carburantes para vehículos y calefacción. Los portavoces de las otras dos centrales también se mostraron satisfechos por el amplio seguimiento de la huelga, y reclamaron medidas para recuperar el poder adquisitivo de los ciudadanos.

En el pequeño comercio, sin embargo, la jornada tuvo una respuesta desigual, aunque los sondeos del día anterior preveían que solo un 10% de las pymes esperaban parar su actividad. En muchos centros comerciales los piquetes llevaron a cabo «acciones informativas» que les permitieron cerrar algunas tiendas.