Siete de cada diez firmas gallegas del ladrillo tienen problemas de dinero

ECONOMÍA

27 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Siete de cada diez empresas que operan en el sector gallego de la construcción pasan por problemas financieros. El dato se incluye en el último informe sobre confianza empresarial que publica el Instituto Galego de Estadística (IGE) y pone de relieve, una vez más, la fuerte desaceleración inmobiliaria que sufre la economía gallega, cuyo crecimiento de los últimos años ha pivotado en gran medida sobre la edificación residencial. El IGE publica trimestralmente este informe de confianza desde comienzos del 2007. Y nunca antes se había registrado una proporción tan alta de firmas del ladrillo que admitiesen problemas con el dinero. Por ejemplo, hace justo doce meses, solo doce de cada cien negocios del sector reconocían dificultades financieras.

Bancos y cajas hace ya más de medio año que endurecieron las condiciones de acceso a créditos ante el elevado riesgo de esta actividad, lo que ha colocado contra las cuerdas a muchos negocios que se endeudaron y que no son capaces de vender las viviendas. De hecho, muchas entidades solo prestan dinero a empresas que promueven con el suelo en propiedad y han cortado la financiación a proyectos de urbanización de segunda residencia.

Los datos que manifiestan el mal momento de la actividad del ladrillo se incluyen en el índice gallego de confianza empresarial (IGCE), que es 27 puntos inferior al de hace justo un año -cuando se publicó la primera serie- y que ya se ha situado en su mínimo histórico (-18 puntos).

El creciente clima de pesimismo en el sector empresarial también se explica por un contexto de fuerte desaceleración de la economía mundial, en el que la cotización del crudo ha alcanzado cotas impensables, lo que encarece cada vez más la producción. La imparable inflación del petróleo y su efecto de arrastre sobre el diésel -cuyo precio por litro se sitúa ya a 1,30 euros, tras registrar ayer un nuevo incremento-amenaza también con desatar una guerra con los transportistas de mercancías, sector que protagonizó hace casi tres años una huelga que paralizó la distribución en todo el país.

El ritmo actual de crecimiento del producto interior bruto (3,2% en el primer trimestre, frente al 2,7% español) no genera tampoco confianza. Aisladamente, el dato es relativamente esperanzador, pero marca un ritmo de desaceleración bastante rápido.

El descenso en tasa interanual en el crecimiento es de un punto y de cuatro décimas si se compara con el último trimestre del 2007. De mantenerse esta tendencia, la comunidad gallega cerraría el presente año con un crecimiento entre dos y tres décimas superior al 2%, es decir, muy por encima de lo estimado por la Xunta en la última revisión.