El G-7 quiere que los bancos afectados por la crisis publiquen sus pérdidas en cien días

Efe

ECONOMÍA

Reclama cambios en las reglas financieras y un mayor intercambio de información entre los supervisores

13 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

El Grupo de los Siete (G-7) pidió ayer la revisión de algunas de las normas que regulan los mercados financieros a nivel mundial para responder a la actual crisis, tras reconocer el empeoramiento de las condiciones económicas desde su reunión de febrero.

Además, los ministros de Economía y los gobernadores de los bancos centrales de Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Italia, Francia, Alemania y Japón, reunidos en Washington durante un encuentro del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, instaron a los bancos afectados por estallido de las hipotecas subprime a hacer públicas la totalidad de sus pérdidas y de los riesgos contraídos «en los próximos cien días». También pidieron una revisión «urgente» de las normas contables internacionales y de gestión de riesgos, así como de los códigos de conducta de las agencias internacionales de calificación.

El G-7 es partidario además de que los organismos supervisiones intercambien información sobre las principales entidades financieras del planeta. En la misma línea, los bancos centrales tendrán que establecer acuerdos permanentes para inyectar liquidez cuando sea necesario y para lidiar con el colapso de algunos bancos.

Duración

Los mandatarios de los siete países más ricos del mundo reconocieron que las «turbulencias» en los mercados financieros mundiales son «un desafío» y que la situación está resultando un poco más duradera de lo que habían previsto.

Para responder a esta situación, aseguraron que apoyan de manera enérgica el informe elaborado por el Foro de Estabilidad Financiera, que contiene medidas para aumentar la transparencia de los mercados y una mejor gestión del riesgo.

No mencionaron, sin embargo, la posibilidad de recurrir a fondos públicos para rescatar a los bancos más afectados por la crisis, que, según el Fondo Monetario Internacional, podría ocasionar pérdidas por valor de casi un billón de dólares.

En el terreno macroeconómico, reconocieron que las perspectivas económicas mundiales «se han debilitado», en vista de la delicada situación por la que atraviesa el mercado inmobiliario de Estados Unidos, la tensión en los mercados financieros mundiales, el impacto internacional de los altos precios del petróleo y las materias primas, y las presiones inflacionarias. Aunque los países emergentes son «un punto de luz» en este complicado panorama, el G-7 alertó de que «no son inmunes a las fuerzas mundiales».

Por su parte, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, afirmó que su país podría afrontar todavía «más baches en el camino» e hizo hincapié en que la prioridad ahora es limitar el impacto de las turbulencias en los mercados. Insistió en que el principal objetivo del G-7 es ayudar a las economías de todo el mundo y no a los bancos o banqueros. Respecto a la situación de la divisa estadounidense, mencionó que los sólidos fundamentos de la economía de Estados Unidos acabarán reflejándose en el valor de la moneda.