Bruselas multa con 487 millones a 4 fabricantes de cristal por fijar precios

Agencias

ECONOMÍA

29 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

La Comisión Europea anunció ayer la imposición de una multa de 486,9 millones de euros a cuatro fabricantes de cristal plano -Asahi, Guardian, Pilkington y Saint-Gobain- por un pacto de precios y otras prácticas restrictivas de la competencia. En rueda de prensa, la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, destacó la severidad de la sanción e indicó que su objetivo es que resulte verdaderamente disuasoria para evitar comportamientos parecidos en el futuro.

El ejecutivo de la UE explicó que, entre comienzos del 2004 y principios del 2005, las cuatro empresas coordinaron sus precios para el cristal plano, utilizado en la fabricación de ventanas, espejos y puertas de cristal. El pacto afectó a distintas variedades de cristal plano para el sector de la construcción, desde vidrio flotado a vidrio recubierto para mejorar el aislamiento, cristal laminado y cristal sin procesar para espejos.

En el 2004, las cuatro empresas sancionadas facturaron en torno a 1.700 millones de euros por las ventas de este tipo de cristal, cuyos principales compradores son compañías que fabrican productos acabados, como ventanas de doble hoja, vidrios resistentes al fuego y espejos. Según la Comisión, Asahi, Guardian, Pilkington y Saint-Gobain, que controlan alrededor del 80% del mercado, pactaron varias subidas de precios y fijaron los precios mínimos y otras condiciones comerciales. La comisaria hizo hincapié en que, una vez más, las «víctimas finales» de estas prácticas fueron los consumidores europeos, que se vieron obligados a pagar más por productos de uso muy habitual.

«Sabían que era ilegal»

Kroes incidió en que los directivos de las cuatro empresas «sabían que lo que estaban haciendo era ilegal», pero siguieron haciéndolo, porque «consideraron que el beneficio que iban a obtener valía la pena el riesgo». Advirtió a otras compañías que estén pensando en establecer acuerdos como éste que «serán descubiertas» y castigadas con dureza, pues la Comisión «no va a tolerar que se engañe a los consumidores».

La investigación de Bruselas comenzó sin mediar denuncia sobre la base de la información facilitada por las autoridades de competencia de varios Estados miembros. Entre febrero y marzo del 2005, funcionarios comunitarios realizaron visitas sorpresa en las filiales europeas de la japonesa Asahi y la estadounidense Guardian, así como en las sedes de la británica Pilkington y la francesa Saint-Gobain, y en la Asociación Europea de Fabricantes de cristal plano.

Asahi y su filial belga Glaverbel -que ha cambiado recientemente su nombre a AGC Flat Glass Europe- solicitaron acogerse al programa de clemencia de la Comisión y aportaron información adicional sobre el «cartel».

En cuanto a la sanción, la estadounidense Guardian tendrá que pagar la cantidad más abultada, 148 millones de euros, seguida de la británica Pilkington -140 millones-, la francesa Saint-Gobain -133,9 millones- y la japonesa Asahi -65 millones-.

Bruselas recordó que cualquier persona o compañía que se considere perjudicada por el pacto de precios pueden llevar el caso a los tribunales nacionales en busca de compensación, utilizando la decisión de la Comisión como prueba.

La semana pasada, Bruselas impuso una multa de 74,7 millones de euros a las empresas japonesas Sony, Fuji y Maxell por haber pactado los precios de las cintas de vídeo profesionales entre 1999 y 2002. Según explicó el Ejecutivo comunitario «a través de reuniones periódicas y de otros contactos ilícitos», dichas sociedades «aumentaron los precios» de las cintas de vídeo profesionales -Betacam SP y Betacam digital- que se vendían a clientes europeos, «o los controlaban de otra forma». La investigación resultó «especialmente productiva por la cantidad de pruebas de actividades concertadas», explicaba el comunicado de la Comisión, en el que se ponía de relieve que Sony, Fuji y Maxell «organizaron con éxito tres series de aumento de los precios y se esforzaron en estabilizarlos cuando no era posible aumentarlos».