Empresas y administraciones públicas utilizan a los becarios para sustituir al año a unos 200.000 trabajadores

Colpisa

ECONOMÍA

CC.OO. denuncia que la medida ahorra a los empleadores, al menos, un 50% de los costes laborales.

22 nov 2007 . Actualizado a las 21:20 h.

Las empresas y las administraciones públicas utilizan a los jóvenes recién titulados como becarios para sustituir al año a unos 200.000 trabajadores contratados. Con la medida se ahorran, al menos, el 50% de los costes laborales que les supondría realizar correctamente el reemplazo de sus empleados o la ampliación adecuada de la plantilla, según denunció este jueves CCOO. Su secretario general, José María Fidalgo, lamentó que el estatus de becario se haya convertido en «un peaje obligatorio» para el 20% de los diplomados y licenciados que acceden al mercado de trabajo.

Fidalgo estuvo acompañado por la secretaria de la Juventud de la central, Nuria Rico, quien explicó que el becario presta sus servicios sin derechos laborales en multitud de empresas y a cambio de compensaciones económicas que rondan los 400 euros, con jornadas completas e, incluso, a turnos. Las becas duran entre seis y 12 meses.

Rico anunció que su Departamento ha elaborado un informe titulado «Jóvenes y prácticas en los centros de trabajo» que desvela que la utilización de los becarios es habitual todos los sectores productivos y «supone un despilfarro de nuestro capital humano más cualificado». El coste por hora de un joven titulado contratado es de 7,93 euros de promedio, mientras que el precio de un becario baja a 3,98 euros. Los afectados carecen de derechos, se han convertido en uno de los «colectivos más vulnerable» y viven en una alarmante situación de «desamparo legal».

La responsable de la Juventud señaló que la oferta de becas se produce principalmente por tres canales. Por un lado existen los convenios de cooperación universidad-empresa a través de los cuales se ofertan unas 160.000 becas. Por otro, las administraciones públicas generan alrededor de 3.000 prácticas laborales. Y, por último, están las propuestas unilaterales de las compañías privadas que captan aproximadamente a 40.000 jóvenes. No obstante, resaltó que es muy difícil conocer con exactitud el problema, puesto que los trabajos realizados por los becarios están dentro de la economía sumergida.

Medidas correctoras

Ante la situación y «el abuso» descrito, CCOO recomienda a «las víctimas» denunciar siempre ante los tribunales «la explotación del becario». El sindicato apuesta igualmente por exigir a la autoridad competente la modificación de algunos textos legales, de forma que se creen normativas marco que cubran los enormes vacíos existentes; fomentar las prácticas en centros de trabajo durante la enseñanza reglada, bajo la supervisión de tutores y acotadas en el tiempo, con horarios y jornadas compatibles con los estudios; y establecer porcentajes máximos de alumnos sobre el total de la plantilla.

Otras medidas aconsejadas por el sindicato consisten en «seguir reivindicando un modelo productivo basado en la investigación, el desarrollo y la innovación, en el que el valor añadido lo aporten los trabajadores a través de su cualificación»; y promover la sindicación hacia espacios en los que el becario tenga cabida.

Asimismo, la central demanda que la Inspección de Trabajo contemple entre sus acciones la de evitar el encubrimiento de actividades profesionales mediante becas o prácticas fuera del mercado laboral.

Rico informó que CCOO desarrollará una campaña, con el lema de «¿Estudias o trabajas» y que a través de los convenios colectivo tratará de evitar la oferta de becas en periodos vacacionales.

Fidaldo remarcó que los becarios «son un problema social que hoy resulta invisible».