El convenio que sustenta el Museo Galego do Títere finaliza el próximo día 31 de diciembre: es el momento en que expira la cesión del local donde se emplaza, en la rúa Manuel Rivero, de acuerdo con el documento firmado entre Concello y Viravolta el 9 de marzo del 2001. Desde el museo que dirige Anxo García se remitió al gobierno local una revisión de las condiciones fijadas entonces, para la suscripción de un nuevo convenio que permita la continuidad del museo y posibilite su crecimiento en el futuro. Y es que el convenio suscrito en marzo del 2001 podría definirse como de mínimos, y precisa ser reformulado para afrontar una nueva etapa.
García Fernández apunta como principal reivindicación la constitución de un ente autónomo que se encargue de la dirección del museo: «O museo precisa capacidade de xestión propia, porque non está constituido como tal. Por exemplo, non pode solicitar subvencións á Xunta, polo que o máis importante é dotalo dun ente autónomo que o rixa: non sabemos cal é a articulación legal», una fórmula administrativa que correspondería a los técnicos municipales definir.
El director del Museo Galego do Títere confía en la continuidad de esta iniciativa cultural más allá del 31 de diciembre «pero gustaríanos que aclare -el gobierno local- onde seguirá e cómo seguirá, porque é un proxecto no que temos interese sentimental, e que nos aporta prestixio e certo nome para ter actuacións fóra de Lalín, pero ao que adicamos moito tempo sen que nos xenere un beneficio directo», antes al contrario, ya que la empresa a lo largo de estos años ha comprado marionetas y libros para el museo. En la actualidad, con un calendario de representaciones notable, Viravolta precisa saber las intenciones de futuro del gobierno municipal para el Museo do Títere para decidir qué hacer.
El museo se encarga de organizar Titirideza y Titerentroido: García Fernández no tiene dudas sobre el mantenimiento de ambas citas, con independencia de la resolución del convenio entre Concello y Viravolta que concluye en mes y medio.