«Todo en la vida se rige por el azar»

Paulo Alonso Lois
paulo alonso lois SANTIAGO / LA VOZ

DEPORTES

El gallego repasa su inicio en el tenis, su amistad con Jimmy Connors y la evolución del juego

12 dic 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Sentado en los salones del Hostal de los Reyes Católicos, Modesto Vázquez (Celanova, 1949) cierra El Peligro de la verdad, de Osho, y empieza a repasar una vida intensa. Hijo de emigrantes ourensanos, triunfó en el tenis y durante los tres últimos años capitaneó al equipo argentino hasta llevarlo al subcampeonato de la Copa Davis. La final de Sevilla le dio una popularidad en España que aún asimila. «Me reconocía de la televisión hasta la pulpera de Celanova», explica tras una semana redescubriendo Galicia junto a un amigo argentino. «Siempre que puedo, vengo a la tierra. De niño, cumplí tres años cuando íbamos en el barco rumbo a Argentina».

-¿Cómo conoció el tenis?

-Yo era fanático del fútbol, jugaba mucho en las calles, en los potreros. Con 8 años, agarré una congestión pulmonar muy fuerte, y pasé dos meses internado bastante grave. Al mismo tiempo estuvo ingresado en ese hospital mi padre, que trabajaba en un club de tenis. Le ofrecieron en el recinto una especie de departamento como casa. Al vivir allí, tenía las canchas a un paso... A los 15 años ya era el número 1 argentino de los menores de 18.

-Y así pudo ir a la universidad de UCLA, en Los Ángeles.

-Todo en la vida se rige por el azar. Antes de un partido en Brasil, el equipo de Estados Unidos de Davis vino a Buenos Aires. El entrenador, Pancho González, venía con Arthur Ashe, Charlie Pasarell, Cliff Richey y Dennis Ralston. Como yo era de los mejores juveniles del mundo, jugué con Pancho González, que me ganó 6-1 y me dijo que no me había hecho ni un punto.

-Los había entregado usted.

-Fue una primera lección importante a nivel internacional. Arthur Ashe había estado en UCLA y me consiguieron una beca para estudiar allí.

-Allí intima con Jimmy Connors.

-Sí, él es dos años menor. Los jugadores del equipo reclutábamos a jóvenes. A Connors lo convencimos prácticamente nosotros para ir a UCLA porque era muy buscado por otras universidades. Acertó. Fuimos los mejores, y entrenó con Pancho Segura Cano, su mentor. Pronto demostró que era un grande.

-Toni Nadal ve en su sobrino la garra de Connors. ¿Lo comparte?

-No daba una pelota por perdida, y no quería amigos en el circuito. Yo conviví con él en la universidad, un día me ganó 6-4 y 6-4, y a cada rato me decía 'parece que veo un ratón corriendo', porque yo era rápido.

-El tenis cambió mucho. Antes había otra camaradería.

->Antes íbamos a las mismas fiestas. Casi no había agentes, empezaba a haber entrenadores... Ahora cada jugador tiene un técnico, preparador físico, psicólogo, familiares, mánager... Ya es como el fútbol, un agente empieza a captar chicos de 11 o 12 años. Marea demasiado.

-¿En qué lugar sitúa a Federer y Nadal?

-Entre los grandes, sin duda. Roger tiene una facilidad, una movilidad y unas virtudes... Aunque al comienzo de su carrera no tuvo rivales de su estirpe, hasta que Rafa empezó a ser lo que es. Su tío lo compara con Connors, y yo también con Guillermo Vilas, aunque con otra potencia. Para ganar, Guillermo podía estar seis horas en la pista, como Nadal. Devolvía todo, si era necesario entrenaba 24 horas al día. Pero comparar épocas... Federer es grande, aunque Sampras sacaba mejor, y volea bien, pero no quizá tan bien como Edberg o Rafter.

-¿Como sería el jugador ideal?

-Con la mente de Nadal, sí, y la ventaja de ser zurdo para sacar, por ejemplo. Pero hay golpes muy importantes que en la enseñanza no se pueden copiar. Rafa hace una derecha liftada muy extraña, que termina siempre por encima de la cabeza. No se puede enseñar, porque puede hasta producir lesiones. Como imitar el saque de Sampras, imposible por la rotación extrema que tenía. El servicio de McEnroe, igual, porque quebraba la pelota como si estuviese lanzando una pelota de béisbol.