Alonso devuelve a Ferrari a lo más alto

mariluz ferreiro REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Venció en Silverstone, donde Vettel acabó segundo después de un error en su segunda parada

11 jul 2011 . Actualizado a las 11:50 h.

Fernando Alonso levantó su volante al cielo de Silverstone y señaló con el índice el cavallino rampante de Ferrari. Ambos regresaban a la cima después de una travesía por el desierto que siempre es difícil de asumir para la alianza entre un bicampeón y la escudería de Maranello. Alonso no ganaba desde octubre del 2010, cuando se impuso en el Gran Premio de Corea. La virtud del bicampeón es, en la medida de lo posible, mantenerse al acecho. Como un depredador que espera el titubeo del león, de Red Bull, rey de esta jungla del asfalto. Y en la vuelta 27 ocurrió. Sebastian Vettel y el asturiano entraron juntos en boxes. Pero el alemán, que lideraba la prueba se quedó varado entre los mecánicos. La rueda izquierda trasera se resistía. Su parada se hizo eterna. Y Alonso lo superó en el pit-lane para situarse al frente de la carrera, encadenar vueltas rápidas y mantener su primera posición hasta la bandera a cuadros.

El arranque de la carrera, con zonas de la pista mojadas y neumáticos intermedios, no hacía adivinar un triunfo de Ferrari. Vettel superó a Mark Webber en la salida. Alonso lo intentó sin éxito. Sin nadie en el horizonte, parecía que el alemán iniciaba otro plácido viaje hacia la victoria. Abría hueco y su compañero siempre podía ejercer de tapón en el segundo puesto.

Vueltas rápidas

La primera parada no cambió el escenario. Alonso sufrió un poco más. Fue más lento que Webber. Y sus neumáticos blandos no alcanzaban la temperatura adecuada. El Ferrari no se agarraba al asfalto. Y Hamilton, que había devorado puestos desde la décima posición, no perdonó. Pero cuando solucionó sus problemas con las gomas, el asturiano fue limando el cronómetro y le devolvió el adelantamiento al británico. Su ritmo demoledor y el error de Red Bull en boxes en la segunda parada le permitieron tomar las riendas en Silverstone. Vettel salió tercero de talleres, detrás de Hamilton, y se encontró con la muralla más peligrosa del Mundial. El alemán lo intentó, pero sin llegar a ponerse a la par del inglés. Sus movimientos transmitían más respeto que audacia. Fue llamado de nuevo a boxes. Y ahí sí le ganó la partida a Hamilton. El británico fue quemando neumáticos hasta que Webber lo apartó del podio. En su avance, el australiano alcanzó la estela del otro Red Bull. Hizo un amago de adelantamiento, pero recibió órdenes de equipo para no atacar y se conformó con el tercer puesto.

Vettel sigue al frente del Mundial con más ventaja todavía sobre el segundo. Ahora está a ochenta puntos de Webber y a 92 de Alonso. Y, como demostró ayer Red Bull, el australiano no es un rival.