Una afición gigante en la desgracia

rubén ventureira A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

La impresionante entrega de la afición no fue suficiente para evitar el descenso del Dépor a Segunda tras perder 0-2 ante el Valencia.

22 may 2011 . Actualizado a las 16:14 h.

La afición no solo fue de Primera: fue de Champions. Arropó al equipo desde cuatro horas antes, durante 90 minutos históricos y también tras ese horror, el descenso. Con los jugadores conmocionados, vagando sin rumbo, con el césped regado por las lágrimas (ese llanto de Valerón, secándose las lágrimas con la camiseta), el público reaccionó sin ira y sin reproches, arropando con ovaciones a los jugadores, que se vieron obligados a pedir perdón.

Ya el prólogo fue conmovedor. La concentración convocada por los Blues para las seis en la plaza de Pontevedra acabó peatonalizando el paseo marítimo desde la altura del hotel Riazor, donde el 092 cortó el tráfico, hasta el estadio, donde miles de personas esperaron la llegada del equipo entre cánticos, bengalas y decenas de policías nacionales, que justo tomaron posiciones cuando, a las ocho y media, llegó el autocar. «Es de Primera / el Dépor es de Primera» fue la consigna que acompañó a los jugadores.

Poco más tarde, el Valencia fue recibido con insultos generalizados. Siguiendo las consignas de los jugadores, la afición decidió no picar a los che en la previa. De hecho, tanto en Alvedro como en el hotel hubo un despliegue policial importante, y en ambos sitios no había ni un solo aficionado deportivista.

Tras abuchear al Valencia, el público se tomó una cerveza rápida y accedió a Riazor a una hora insólita por temprana. De hecho, cuando los deportivistas salieron a calentar, a las 21.26, había más gente en el estadio que en algunos partidos de esta misma Liga. Un vídeo motivacional entusiasmó a la masa: en él se recordó el debut europeo del Dépor en Riazor y la victoria copera sobre el Valencia (se omitió el penalti de Djukic previo). El gol de Alfredo coincidió con la salida de los equipos. Parecía un buen presentimiento. Pero todo se torció cuando empezó a correr el balón y el Valencia acuchilló con el tanto de Aduriz. Se hizo el silencio. Por unos segundos. La grada reaccionó con el ya clásico «es de Primera / el Dépor es de Primera». Y ya no calló. Quedaba la segunda mitad, atacando para la portería de los Blues, donde aquel gol, salvador de un descendo, de Vicente. Esta vez no llegó.

Objetos contra la puerta cero e insultos a Guardado cuando abandonó Riazor

Varios incidentes enturbiaron una noche que hasta entonces había discurrido por los caminos de la deportividad y el apoyo infatigable al Deportivo. Al finalizar el encuentro, mientras un grupo de aficionados reivindicava con sus gritos el deportivismo, otro, minoritario, lanzó algunos objetos contra la puerta cero cada vez que intuían que alguien iba a salir a la calle. Posteriormente, varios radicales dirigieron su ira hacia Guardado, al que insultaron cuando se dirigía a su automóvil para abandonar el estadio; incluso, alguno golpeó el coche del mexicano. Ya de madrugada, la Policía cargó en la zona del estadio para calmar los ánimos de los más exaltados.