Nunca es tarde para volver

x.r. castro VIGO / LA VOZ

DEPORTES

La gallega Vanessa Veiga gana el nacional de medio maratón tras 7 años parada

02 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Dejó el atletismo durante siete años para realizarse como madre. Lo hizo a los 24 años con una hoja de méritos nada despreciable, con el cartel de sucesora de Xulia Vaquero a sus espaldas y con la calidad como principal aval. A los 31 su marido, el maratoniano Julio Rey, la convenció para volver y un año después en su primer medio maratón Vanessa Veiga (Gondomar, 1979) se convirtió en campeona de España.

Vanessa estaba llamada a ser una de las referencias del atletismo femenino español en el nacimiento del nuevo milenio. Había sido campeona de cros júnior, también de 10.000 en pista y ya tenía encima un buen número de participaciones mundialistas de cros tanto como promesa como en categoría absoluta. Fue en una de estas citas, en Portugal, en donde conoció a Julio Rey -medalla de bronce en el mundial de París en maratón- y como la relación con el toledano terminó en matrimonio, no solo abandonó Galicia para residir en Toledo, sino que renunció al atletismo. «Metí las zapatillas en una caja y durante siete años no me las puse ni una vez. Quería ser madre y disfrutar de mis hijos», comentó. Ya tiene tres.

Pero la vida de Julio en la élite se terminó y fue él quien la animó. «Le dije que había que mantener la llama del atletismo en el núcleo familiar y terminé convenciéndola», recuerda. Hace poco más de un año comenzó a entrenar y en el nacional de cros del 2010 disputado en A Coruña volvió a competir por primera vez. «Fui undécima, y la verdad que el puesto me animó», recuerda la gondomareña.

Esta temporada quería volver a paladear el sabor del podio en el campo a través, pero se presionó y falló en el campeonato de España. Entonces recibió otro empujón de su marido. Le comentó que iba muy bien en el asfalto y que podía probar en el nacional de medio maratón. «Nunca había recorrido 21 kilómetros y la verdad es que me metía un poco de respeto, pero todo salió de maravilla», precisa la campeona, que se sorprende de la 1 h 13 m 04 s que firmó en la llegada. Su marido también. «Más que ayudarla, la frenaba porque ella quería más ritmo». A los 31 años ha confirmado que está de vuelta para recuperar el tiempo perdido.