El 30 de septiembre del pasado año, Mosquera fue informado de su positivo por hidroxietil. Cerca de medio año después, su caso no ha sido resuelto en una muestra más de lo mal que se están haciendo las cosas en materia de dopaje. Mosquera no está castigado y puede correr sin problemas, pero resulta que la Unión Ciclista Internacional no le ve con buenos ojos y su equipo, para no importunar al poder, prefiere tenerlo entrenando en tanto en cuanto no haya una solución definitiva.
Ahora, cinco meses y medio después, Mosquera pide que se archive su positivo. Dice que el hidroxietil no aumenta el rendimiento y que no está claro que sea un enmascarador. Pero el ciclista gallego no aborda la mayor. Y la mayor es la presencia en su cuerpo de una sustancia prohibida. Por su bien, por el de su credibilidad y entendiendo que es impresentable que tanto tiempo después siga sin haber una resolución, no sería bueno que su caso fuese simplemente archivado. Lo esencial es saber si Mosquera se dopó, o no se dopó. Y que en uno u otro sentido, no queden dudas al respecto.