Pablo recibió su regalo a los ocho meses

Xabi Otero PONTEVEDRA/LA VOZ.

PONTEVEDRA CIUDAD

Sergio Castaño intentaba dedicar un tanto a su hijo desde que nació. Dispuso de ocasiones para hacerlo desde la pasada temporada, pero el balón se negó a entrar hasta este domingo

15 dic 2010 . Actualizado a las 18:11 h.

Sergio Castaño vio cumplido ante el Leganés su gran anhelo de dedicarle un gol a su hijo. El central granate tuvo muchas ocasiones para hacerlo desde la temporada pasada pero la diosa fortuna no estaba de su parte y Pablo fue creciendo sin recibir su regalo. El portero madrileño volvió a impedirlo este domingo en varias oportunidades, pero al fin el jugador pudo recorrer todo el campo para ofrecerle el tanto a su retoño, que ya ha cumplido ocho meses.

El de Dos Hermanas lo celebró de una manera muy particular, pasándose la mano derecha por encima de la cabeza de forma reiterativa. La explicación es que Pablo se acababa de rapar la cabeza por vez primera. «Desde que nació tenía muchas ganas de dedicarle el gol porque es lo más importante que tengo en mi vida. Me hacía una gran ilusión hacerlo. No soy un goleador, pero cada temporada suelo marcar alguno. Sin embargo, ahora se estaba resistiendo mucho», explica.

«Sentí una sensación muy bonita en cuanto vi que el balón había entrado. En un primer momento no sabía ni qué hacer, pero luego empecé a correr hacia donde se encontraban Pablo y mi mujer, Laura, para celebrarlo con ellos. Son los que están todos los días apoyándome en los momentos malos, junto con mi familia que está lejos, y quería compartir ese instante especial con los dos», recalca.

En cualquier caso quiere dejar claro que su principal obsesión era la de acabar con la mala racha del Pontevedra. «También quería marcar porque los puntos nos hacían mucha falta, pero me iba resignando a medida que fallaba las ocasiones. Aún así, sabía que tenía que seguir intentándolo porque el equipo iba ganando 2-0 y había que cerrar el partido», añade.

La llegada de Castro Santos ha incidido en la proliferación de ocasiones de gol de Sergio Castaño, que ahora se suma con frecuencia al ataque. Su facilidad para generar peligro ha sido un gran descubrimiento. De hecho, ante el Leganés tuvo más ocasiones que los dos delanteros juntos. Pero él resta trascendencia a ese aspecto.

«Eso es anecdótico. Todos los balones que puso Santi Amaro fueron espectaculares y dio la casualidad de que en este partido yo rematé más. El portero estuvo muy bien porque me sacó dos pelotas increíbles», defiende el sevillano.

El triunfo, «lo más importante»

Pero «lo más importante de todo es que conseguimos tres puntos vitales. La forma en que los lográramos no importaba. Yo habría estado igual de contento si hubiésemos ganado en el último minuto y de forma injusta. Nos hacía mucha falta un resultado así porque el equipo no estaba trabajando mal, jugaba los partidos con mucha cabeza, pero teníamos mala suerte y esos pequeños detalles nos impedían hacernos con la victoria».