Una aficionada del Caión agrede con una muleta a un árbitro coruñés

J.?M.?F. CARBALLO/LA VOZ.

DEPORTES

El colegiado, de 20 años, recibió escupitajos, insultos y empujones de seguidores en un partido de Segunda Autonómica

14 dic 2010 . Actualizado a las 03:24 h.

«Cando pitei o penalti xa vin que isto podía pasar porque o público baixou da grada e foise cara a zona do vestiario». Con estas palabras explicaba ayer el árbitro de Oleiros Daniel Torreiro Ramos la agresión de la que fue víctima el sábado, en el partido de Segunda Autonómica de la Costa entre el Club do Mar y el Porteño.

El colegiado, que con solo 20 años lleva cinco recorriendo los campos de fútbol de la provincia, ya había dejado reflejado en el acta lo ocurrido en el terreno de juego larachés Novo A Porta Santa: «De camino a los vestuarios, algunos aficionados me dieron varias patadas, me escupieron y una señora me dio con una muleta».

Torreiro Ramos, a pesar de haber sido golpeado con un objeto contundente por una señora de mediana edad, no tiene pensado tomar ningún tipo de represalia jurídica porque no resultó lesionado y tampoco pretende perjudicar a los clubes. El árbitro reseñó en su escrito cómo un grupo de seguidores del conjunto de Caión habían entrado en el terreno de juego y que en el trayecto a la caseta lo agredieron. Además, también reflejó en el acta el hecho de que para alcanzar el vestuario tuvo que hacerlo «acompañado por Protección Civil, algún jugador de ambos clubes y el delegado del Porteño», dado que el grupo de seguidores críticos con su arbitraje se le interponían durante todo el recorrido hasta los vestuarios.

El joven colegiado, que hasta el pasado fin de semena nunca había sufrido ningún incidente similar, agregó que el responsable de campo del Club do Mar tardó «un par de minutos» en entregarle la llave del vestuario y que para llegar a su coche tuvo que hacerlo acompañado por miembros del Porteño, mientras lo seguían insultando.

Versión del Club do Mar

El encuentro entre el Club do Mar y el Porteño finalizó con empate a uno, lo que motivó que el entrenador y jugador del conjunto local Alberto Felípez, Repi, se marchara descontento al vestuario con la actuación arbitral.

Sobre los incidentes al final del encuentro, el ahora referente del Club do Mar reconoce que «la gente estaba encendida por el arbitraje», pero señala que él solo pudo ver cómo algunos aficionados «lo rodeaban cuando salía del campo y se dirigía hacia su vestuario».

El Porteño avala el acta

El delegado del Porteño, Alberto Baña Canosa, dice que todo lo que está escrito en el acta del encuentro se corresponde con lo que ocurrió al final del partido.

Baña intentó evitar que algún seguidor agrediese al colegiado en su salida: «La verdad es que se montó un buen follón al final. Hubo empujones, le escupieron y una señora le dio con la muleta. Intenté en todo momento proteger al árbitro, aunque no fue nada fácil porque había mucha gente a su alrededor».

Según explicó Baña, «el partido no tuvo ningún tipo de problema en ningún momento. Pudo haber un penalti a nuestro favor, pero son jugadas que ocurren a lo largo de los encuentros. Durante los 90 minutos no hubo ningún incidente, todo ocurrió una vez que el árbitro pitó el final».

Ahora será el subcomité de competición de la Federación Galega de Fútbol el que decidirá sobre las posibles sanciones, toda vez que el afectado ya ha dejado claro que no va a redactar ningún anexo al acta.