Créanme, son buenas noticias

Antonio Alix

DEPORTES

10 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Aunque imagino que muchos lectores habrán sentido una puñalada al ver a leyendas de nuestro deporte detenidas, la operación Galgo es una buena noticia para quienes queremos un deporte limpio. Si la Guardia Civil ha intervenido es que lo tiene claro, que las detenciones son consecuencia de largas investigaciones. Que algunos nombres, uno en especial, siguiesen campando a sus anchas era algo inaceptable y parece ser que por fin se les ha echado el lazo. Ya está bien de argumentos tipo «nunca he dado positivo», cuando todos sabemos que hay deportistas que han confesado haber pasado cientos de controles estando dopados sin que se les haya cazado. O de excusas «es imposible lograr ese rendimiento solo con espaguetis»; por supuesto que no, pero hay muchas sustancias legales que ayudan a la recuperación y que todos toman, hasta los aficionados; pero estamos hablando de sustancias prohibidas. O de consolarse con lo de «nosotros somos cabeza de turco, que busquen en el fútbol, el tenis o la NBA»; eso es esparcir tu propia basura, cuando tu deporte esté limpio, acusa, pero no mientras el tuyo esté manchado. O eso de «he cometido un error, merezco perdón»; no, un error lo comete quien contesta mal en un examen creyendo que lo hace bien; pero quien copia no yerra, hace trampas.

A mí no me valen las confesiones tipo Paquillo, «lo tenía en casa pero nunca lo usé», o tipo Marga Fullana, «solo me dopé una vez y no mejoré el rendimiento». A nadie se le pilla a la primera, sino cuando se ha confiado en dosis y plazos. A mí ya solo me vale la sanción a perpetuidad; no solo para competir, sino para ser entrenador, organizador o periodista. Y que se acaben los homenajes, pregones y polideportivos con su nombre. Sonará fuerte, pero ya no veo otro remedio.