Gallegos galácticos en Chipre

Marcial Varela VIGO/LA VOZ.

DEPORTES

Iago Bouzón y Víctor Espasandín, fichados por el Omonia, el campeón chipriota, fueron recibidos como auténticos dioses

16 jul 2010 . Actualizado a las 10:58 h.

Nunca antes unos futbolistas gallegos fueron recibidos en loor de multitudes. Unos 2.000 aficionados del Omonia Nicosia, con banderas y bengalas y que sueñan con que sus tres fichajes procedentes de la Liga española les lleven a disputar su primera edición de la Champions League, le esperaban. Se trata de los gallegos Iago Bouzón y Víctor Espasandín y el andaluz José Rueda. «Ni en nuestros mejores sueños nos esperábamos un recibimiento así. Pensábamos que como mucho habría 10 personas y nos encontramos a cerca de 2.000», explican sorprendidos los dos jugadores gallegos.

Iago Bouzón (Redondela, 1983) ya sabe lo que es disputar una competición europea. Formado en las categorías inferiores del Celta, debutó en Primera con apenas 16 años. Sin apenas oportunidades decidió probar suerte en el Recreativo de Huelva donde se consagró como un buen central. Sus actuaciones no pasaron desapercibidas para los ojeadores del Omonia Nicosia que en diciembre del pasado año intentaron su fichaje, pero el conjunto onubense no aceptó la oferta. En junio quedó libre y tenía claro su destino. «Este año tenía ofertas de Primera y de algún recién descendido a Segunda, pero el Omonia hizo un gran esfuerzo y me puso unas condiciones irrechazables», comenta el redondelano.

Mientras, Víctor Espasandín (Santa Comba, 1985) vivirá su primera experiencia en un club de primera categoría. Salido de la cantera del Compostela, pasó por el filial del Valladolid y la Ponferradina antes de recalar en el Barcelona B. Su llegada a Chipre se produjo de una manera muy distinta a la de Bouzón. «Cuando vinieron a ver a Rueda, con el que jugaba en el Barça, sus representantes me comentaron que estaban interesados en mí. Quería quedarme en España para jugar en Segunda, pero la previa de Champions me hizo decidirme rápido porque es un gran escaparate», relata el coruñés.

Tanto Bouzón como Espasandín inician una aventura en el país euroasiático, concretamente en su capital Nicosia. Después de la caída del muro de Berlín, esta capital mantiene un muro que la divide en dos partes: norte (turca) y sur (griega). Pese a esta anomalía, Nicosia no tiene nada que envidiar a una ciudad europea. «El centro es como el de cualquiera ciudad española con tiendas como Zara», explica Bouzón.

Sus primeros días en el Omonia Nicosia están siendo muy satisfactorios. «El club está poniendo mucho de su parte para facilitarnos todo y hay un gran ambiente en el vestuario» señala Espasandín. Por otro lado, las instalaciones del club también están a la altura. «Me sorprendió muchísimo el centro de entrenamientos, he visto muy pocas ciudades deportivas de este nivel, con máquinas que en España no había visto y no conocía», asevera el central redondelano. El único inconveniente lo tienen con el idioma, ya que ninguno de los dos maneja fluidamente el inglés, aunque hay varios jugadores de habla hispana en la plantilla, con los que por ahora forman una comuna importante.

Previa de Champions

Su estancia en Chipre no ha podido comenzar mejor, ya que el Omonia encarriló su pase a la tercera ronda de Champions tras ganar 3-0 en la ida al Renova. En ese encuentro disputó sus primeros minutos Víctor Espasandín. «No esperaba jugar tras diez días, pero el míster me dio la oportunidad y estoy muy contento con el debut», relata el gallego.

Bouzón no pudo debutar por no tener todavía el transfer, pero junto a su compatriota espera celebrar el pase a la fase de grupos de la Champions para entrar en el Olimpo de su club. Podría jugar en la vuelta.