Los actores principales de la final son casi los mismos que ya protagonizaron la del 2008, pero la situación es totalmente diferente, tanto en el factor anímico como en el competitivo. Descontando el peso ofensivo de Kobe Bryant (MVP en el 2009), dos figuras podrían inclinar la balanza hacia los Lakers: Pau Gasol y Ron Artest. En la final del 2008, el esfuerzo pasó factura a un Gasol que desde entonces creció como jugador hasta ser determinante en el triunfo ante los Orlando en el 2009 y ser considerado el hombre alto más completo de la NBA. La presencia de Artest será importante para frenar a Paul Pierce (MVP en el 2008) y liberar a Kobe Bryant, con más libertad para decidir en ataque.
Los Celtics también han sufrido cambios positivos, principalmente con el desarrollo de Rajon Rondo, uno de los mejores bases de la NBA. Además, ahora exhiben mayor cohesión y menos egoísmo, con un cinco inicial que Rivers, su entrenador, define «casi como invencible».