Gómez Noya vence a los elementos

DEPORTES

30 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Un buen número de contratiempos no impidieron que el ferrolano Javier Gómez Noya (Basilea, 1983) completase el cuarto año triunfante de la era que protagoniza en el triatlón mundial. La temporada arrancó envuelta en nubarrones. Cuarto en los Juegos de Pekín después de que un flato le impidiese esprintar en los kilómetros finales, ya casi acostumbrado a convivir con una tendinitis aquílea que desencadenó en molestias y más molestias en su pie izquierdo, volvió a valerse de su fortaleza mental para salir adelante. Y de qué forma. Porque cierra el año como número uno del planeta, después de ganar el Europeo y terminar segundo en las Series Mundiales.

Para un deportista meticuloso, que cuida todos los detalles para depender en la menor medida posible del azar, desconocer con exactitud qué le pasa es una de las peores situaciones posibles. Ninguno de sus rivales vigila todos los aspectos de su preparación como Javier Gómez Noya. El Tiger Woods del triatlón, como le bautizó el canadiense Simon Whitfield, otra leyenda del deporte que aúna natación, ciclismo y carrera a pie. Así que el invierno pasado fue duro para él. Lo pasó entre consultas de especialistas, sin poder apenas entrenar, ya no digamos competir, y sin la certeza de cuál era la terapia adecuada.

El año postolímpico, además, entrañaba riesgos y cambios. Porque varió de entrenador para no caer en la rutina e intentar llevar su rendimiento un paso más allá. Cerró su relación con José Ángel Rioseco, su preparador de siempre, y confió su trabajo a Omar González, una persona de su entera confianza a la que también conocía desde niño. Y los planes se frustraron durante meses por la imposibilidad de correr sin molestias.

El calendario mundial arrancó en Tongyeong (Corea del Sur) a principios de mayo, y Gómez Noya se quedó en casa. Reapareció días más tarde en la Copa de Europa de Pontevedra, con apenas semanas de rodaje en carrera pedestre, y terminó segundo. Poco después, en su vuelta al circuito mundial, se colgó el bronce en Madrid. Por entonces, un nuevo fenómeno había irrumpido ya en el triatlón, el británico Alistair Brownlee.

En realidad, en este pasado 2009 no hubo duelo entre el inglés y el ferrolano en igualdad de condiciones, porque el ferrolano comenzó tarde su preparación y la temporada todavía le reservaba más contratiempos. El enfrentamiento entre Brownlee y Gómez Noya será uno de los alicientes de la próxima temporada. Segundo ya en la cita de Washington, el ferrolano iba a más. La lesión del pie ya solo era un recuerdo del pasado, el lastre que le había impedido entrenar duro en invierno.

Y llegó en buena forma al Europeo de Holten (Holanda). Con Brownlee como rival y testigo, reeditó el título que ya había ganado dos años antes en Copenhague. Escribió otra página dorada al marcharse del británico, a falta de tres kilómetros, con un ritmo demoledor. Listo ya para grandes hazañas, volvió a ser segundo en Kitzbühel.

La temporada seguía en Londres, en pleno Central Park, el escenario de la batalla olímpica en el 2012. Lanzado sobre la bicicleta, dentro de un grupo de doce unidades que se discutían la carrera, Gómez Noya respondió a un ataque, hizo un mal apoyo, la cadena de su bici se salió y su cuerpo saltó por los aires.

Con cortes y magulladuras por media espalda y el brazo derecho, y después de once horas de viaje a Japón, reapareció en Yokohama solo seis días más tarde para apurar sus opciones de revalidar el título mundial del 2008 en Hamburgo. Fue tercero. Ya sin depender de sí mismo, volvió a entrar tras Brownlee en la última cita del calendario mundial, en Gold Coast, la que dio el título al inglés.

Victoria en Los Ángeles

Pero el cuerpo le pedía más. Así que probó una experiencia nueva en el circuito estadounidense, que se celebra con normas propias al margen de la federación internacional. Disputó una carrera, y puso Los Ángeles a sus pies, pese a que no estaba acostumbrado a las normas del Life Time Triathlon Series, que impiden ir a rueda en bicicleta y convierten en una auténtica contrarreloj el sector de ciclismo. Tras el título en Hollywood, una lesión le impidió correr en Dallas.

Ahora cierra la temporada, ya como una costumbre, y por tercer año seguido, como número uno de la clasificación de la federación internacional. A la espera de nuevos retos. Para seguir marcando una época.