Las autoridades chinas trabajan contra reloj contra la plaga de algas

La Voz? / ?Agencias QINGDAO |

DEPORTES

10 jul 2008 . Actualizado a las 03:01 h.

/ La lucha contra la plaga de algas que asola Qingdao, sede de las regatas olímpicas, se ha convertido en una carrera de obstáculos para los más de 130.000 soldados y voluntarios. A la escasez de tiempo, pues falta menos de un mes para que comiencen los Juegos, hay que unir los problemas en las tareas de limpieza, motivados por la densa niebla.

En días pasados, los organizadores comenzaron a construir una barrera de una longitud total de 32 kilómetros para proteger la zona de competiciones de una nueva invasión. Debido a la espesa niebla, con una visibilidad inferior a los 20 metros, los trabajos tuvieron que interrumpirse durante algún tiempo. Las autoridades chinas han pedido la colaboración de poblaciones limítrofes con Qingdao para que ayuden en la contención de las algas. Además, el inmenso manto verde está dificultando el entrenamiento de regatistas de más de 30 países, entre ellos tres tripulaciones españolas. Las algas fueron detectadas por primera vez el pasado 31 de mayo y existen discrepancias sobre su origen.

Los fertilizantes, la causa

Mientras los responsables de la ciudad olímpica niegan que el fenómeno esté relacionado con la contaminación del agua, los científicos asocian la proliferación al vertido de fertilizantes y otros productos químicos empleados en la industria y agricultura. Los expertos afirman que este tipo de especies son típicas de las zonas cálidas y altamente beneficiosas para el medio ambiente, pues limpian el agua. Los regatistas, sin embargo, llevan varios días manifestando su malestar por las malas condiciones de entreno y ya han bautizado la bahía de Qingdao como campo de golf. Señalan, además, que los medios empleados contra el azote de las algas son rudimentarios. Hasta la llegada del Ejército chino, las tareas de limpieza corrían a cargo de voluntarios (muchos de ellos estudiantes) que empleaban las manos, redes y pequeñas embarcaciones de madera como únicos instrumentos. La elección de esta ciudad portuaria a 550 kilómetros de Pekín como sede de las competiciones de vela no ha estado exenta de polémica. Los deportistas denunciaron que la designación del campo de regatas obedecía más a «razones políticas y comerciales que deportivas», puesto que la zona disfruta de poco viento. Esta circunstancia ha obligado a los regatistas a someterse a una estricta dieta para ofrecer menor resistencia al aire. Discrepancias aparte, el Gobierno chino espera y trabaja para que la zona esté limpia el 15 de julio a fin de que los equipos puedan ultimar sus entrenamientos en condiciones aceptables. Mientras, los medios de comunicación chinos son optimistas y afirman que la reducción en la contaminación de la zona ha sido espectacular, pasando de un 32% a un 1,37%, según informó la agencia de noticias estatal Xinhua.

A las autoridades estatales se les acaba el tiempo para solventar un problema que está poniendo en tela de juicio su capacidad para gestionar una crisis a 30 días de los Juegos.