El francés Belaubre gana su tercer Europeo y Gómez Noya acaba séptimo

DEPORTES

Raña fue 18.º y la portuguesa Vanessa Fernandes conquistó su quinto título continental

11 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Ya lo decían Javier Gómez Noya e Iván Raña el día anterior al Europeo. Los gallegos comentaban que Frederic Belaubre era un tipo peligroso. Y más si es la legión francesa la que ataca en bloque. Porque Francia conquistó ayer Lisboa. Belaubre y sus compatriotas Tony Moulai y Stephane Poulat reventaron la carrera en el segmento ciclista. Conquistaron una ventaja que sirvió de alfombra en la carrera de Belaubre hacia al triunfo. Moulai y Marceau lo acompañaron en el podio. Gómez Noya acabó séptimo y Raña finalizó en el puesto 18.

El ferrolano se quedó estancado entre el empuje de los franceses y la indolencia del grupo perseguidor en la parte ciclista. Esa es la razón por la que ha abandonado por un momento el que es su hábitat natural desde el 2006, el podio. Después de la natación, se formó un pelotón de unas treinta unidades en el que encontraron hueco los dos gallegos. Pero, como había anunciado el ferrolano, sobre la bici se libró la gran batalla. Primero se escaparon Marceau y el eslovaco Simko. Después, se produjo la gran ofensiva francesa, porque al dúo de fugados se unieron Belaubre, Moulai, Poulat, el belga Zeebroek y el alemán Andreas Raelert. Comenzaron a abrir una brecha que resultó insalvable. Atrás, el semblante de Gómez Noya se fue tornando serio a medida que comprobaba que solo él estaba empeñado en tirar para cazar a los escapados. Tras cinco vueltas, se dio por vencido. La ventaja rozaba los 2 minutos y medio en la segunda transición. El reto era inasumible.

En el último segmento, Raña se descolgó y Gómez Noya avanzó posiciones. Firmó el mejor tiempo de la carrera pedestre, ya que fue el único que bajó de los 31 minutos (30.45). Pero no ahorró energías en el esprint final. Podría haberse dejado ir, pero llegó desde atrás en la última recta para robarle justo en la meta el séptimo puesto al belga Axel Zeebroek, un gesto muy aplaudido por el público.

La cuestión es si esta situación puede volver a producirse en el Mundial o en los Juegos. José Rioseco, el entrenador de Gómez Noya, descarta que se repita la situación. Porque allí estarán otros triatletas con aspiraciones, ausentes ayer en Lisboa, que no permitirán grandes emboscadas en la bicicleta.

En la categoría femenina, Vanessa Fernandes no cedió su corona continental. La portuguesa entró en el Pabellón Atlántico con la mano sobre el corazón. Sabía que, al cruzar la meta, con solo 22 años, hacía historia en el triatlón.

Era la primera deportista de su disciplina en lograr cinco títulos europeos. Atrás queda el récord del holandés Rob Barel. También él se ha rendido al empuje de Fernandes.