La gestión económica de Calderón pone en peligro el futuro del Madrid

DEPORTES

03 abr 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Hace menos de dos años, nada más llegar a la presidencia del Real Madrid, Ramón Calderón aseguró que la caja del club estaba tiesa y que allí solo había 110 millones de euros. Un año después, en agosto del 2007, Calderón acusó a Florentino Pérez de haberle dejado una deuda de 270 millones de euros y presumía de haberla rebajado en casi 100 millones en un año. Lo cierto es que, lejos del optimismo financiero que vende Calderón, la situación económica del Real Madrid atraviesa momentos delicados. Los gastos de los astronómicos y, en su mayoría, fallidos fichajes del actual presidente han sido tan onerosos que no han podido ser compensados con los jugosos ingresos atípicos, incluidos las multimillonarias cifras de los contratos televisivos.

La situación es tan delicada que, según una información que ayer publicó el diario El Mundo y que el club no desmintió oficialmente, el Real Madrid ha tenido que pedir un crédito de 30 millones a La Caixa para hacer frente a los pagos más urgentes. Los directivos han recibido además la orden de negociar nuevos créditos con otras entidades. Pero el momento no es el mejor para pedir a los bancos, que en plena crisis de liquidez no financian a nadie y menos a entidades con las cuentas poco claras, como el actual Real Madrid.

Ante esa situación, Calderón habría optado por retrasar los pagos a los proveedores y refinanciar la deuda aumentando los plazos. El panorama complica los planes del entrenador, Bernd Schuster, que reclama una fuerte inversión en fichajes de cara a la próxima temporada.

La gestión económica de Calderón y la falta de transparencia en las cuentas han sido cuestionadas desde el primer momento. Las últimas cifras económicas presentadas en septiembre del 2007 incluían un cambio de criterio contable que ocultaba, según denunció en La Voz de Galicia el presidente de la agrupación opositora Plataforma Blanca, Eugenio Martínez Bravo, unas pérdidas reales de 43 millones de euros frente a los 44 millones de beneficio declarados oficialmente. A pesar de los evidentes apuros financieros, Calderón gastó a manos llenas en fichajes, hasta el punto de quedarse muy cerca del récord histórico en una temporada. Para el 2007, gastó 103 millones de euros en jugadores, incluidos sonoros fracasos como Emerson, pese a lo cual no logró cumplir su promesa preelectoral de llevar al club al brasileño Kaká y al español Cesc.