La continuidad de Juan Ramón López Caro al frente del equipo centra ahora el debate del celtismo. El técnico lebrijano recibió varios votos de confianza del presidente Carlos Mouriño en las últimas semanas tras varios resultados negativos. Después de la derrota en Jerez, ni el presidente, ni ningún responsable del club -como el director deportivo Ramón Martínez-, han dicho nada sobre la permanencia en el cargo del entrenador.
El Consejo de Administración del Celta se reunió el pasado jueves y no ha previsto ninguna reunión de urgencia para debatir hoy sobre el tema. Esto podría ser un indicativo, si no se tomase en cuenta que a Hristo Stoichkov el presidente céltico lo destituyó reuniéndose en solitario con su director deportivo y posteriormente con el técnico búlgaro. Quizás hoy, Mouriño piense entrevistarse en la sede de la plaza de España con López Caro y pueda volver a verse una rueda de prensa como la de Stoichkov en la que se buscó una salida digna para el ex jugador del Barcelona.
La destitución de Caro no es tan sencilla porque por un lado no se confía en que otro técnico pueda levantar la situación hasta llevar al equipo al ascenso, y por otro, porque este despido conllevaría otro fuerte desembolso. Además de pagar el finiquito del andaluz, hace unos días el club despidió al preparador físico Miguel Martínez y contrataba a Pau Alberti. La salida del entrenador supondría también la de sus colaboradores, además de la del responsable de la parcela física, el supuesto tercer entrenador, Juanjo Maqueda también tendría que seguir los pasos de su técnico.
Juan Ramón López Caro cumpliría, si sigue en el cargo, una vuelta completa ante el Albacete. Desde que debutó en el mes de octubre del pasado año, el técnico ha logrado 29 puntos en veintiún jornadas. Con estos puntos estaría situado en la parte baja de la tabla clasificatoria a mucha distancia de los primeros lugares. Ha obtenido siete victorias, ocho empates, y seis derrotas. Sus números del 2008 han sido los que le han condenado a esta situación. Hasta Navidades nada hacía presagiar este bajón tan alarmante.
Las opciones
Las posibilidades para relevar a López Caro son las que no convencen a Mouriño para tomar una determinación. La más sencilla sería la de Antonio López pero el actual segundo entrenador tiene una cláusula en su contrato que impedía que cogiese la responsabilidad como primer técnico del equipo. Esto significa que el hombre de confianza de Ramón Martínez tiene garantizada su continuidad hasta final de temporada pero nunca podrá ser la cara del equipo.
La otra opción que se ha barajado es la del entrenador del filial Alejandro Menéndez. El propio interesado sabe de esta posibilidad pero desde el club se cree que sería «quemar» a un joven entrenador a falta de catorce jornadas con un bloque a la deriva. No se descarta a este técnico como una posibilidad de futuro pero de forma tan prematura podría ser un inconveniente. También es otro de los técnicos que llegó a Vigo de la mano de Ramón Martínez. Menéndez firmó por una temporada mientras que a Martínez, al igual que al director de la cantera José Luis Molina, aún le quedan tres años más de contrato. Las soluciones, cuando Mouriño decida pronunciarse.