El libro se parece «a un ajedrez rápido, como el de Susan Polgar»

La Voz

CULTURA

31 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Según Neville, en El ocho tenía hasta cinco posibles finales para las piezas del famoso ajedrez de Montglane, aunque fue el editor jefe quien decidió que se enterrasen en un lugar secreto «por si algún día nos decidíamos a desenterrarlas», pero si este hubiera decidido destruirlas «entonces no habría habido ninguna continuación». Aunque la técnica literaria seguida en El fuego es la misma que la de su antecesor, la de los relatos persas, de historias entretejidas dentro de otras historias, según su autora, en el libro actual, el ritmo es mucho mayor que en el primero.

«Si tuviera que compararlos en términos ajedrecísticos, diría que El ocho fue una partida de ajedrez compleja y difícil, como las tantas veces disputadas por Kárpov y Kasparov, mientras que El fuego se parece mucho más a un juego rápido, como el jugado por Susan Polgar», explicó.

Procesar información

En su opinión, la continuación de El ocho es «mucho más emocionante» y probablemente pueda ser entendida por más gente, según Neville, por la mayor facilidad que existe ahora, fundamentalmente gracias a Internet, de procesar rápidamente grandes cantidades de información.