Presentada en la feria del libro de A Coruña la novela «Unha falsa luz», que narra la persecución sufrida por los protestantes
08 ago 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Llenar de público la carpa de presentaciones de la feria del libro de A Coruña no es algo que siempre se consigue. Los visitantes prefieren pasear, curiosear por las casetas o pararse a conversar. A las ocho de la tarde de ayer la carpa se fue llenando hasta completar el aforo. Los asistentes, entre ellos algunos cargos de la Xunta y concejales del Ayuntamiento coruñés, esperaban al escritor Xavier Alcalá (Miguelturra, Ciudad Real, 1947) para hablar de su novela Unha falsa luz (Galaxia). Sin embargo, los que se sentaron en la mesa, tras los ejemplares de la novela, fueron Víctor F. Freixanes, responsable de la editorial, y el crítico literario Alfredo Ferreiro.
Freixanes empezó explicando que había fallecido la madre del escritor y este había tenido que desplazarse a Madrid, donde residía la mujer. El editor agradeció la presencia de los asistentes, especialmente de varios responsables de la comunidad evangélica, protagonista de la trilogía de Alcalá sobre esta colectividad: Entre fronteiras, Nas catacumbas y la ya mencionada.
Víctor F. Freixanes destacó algunos aspectos de la literatura de Alcalá, al que calificó como «un escritor-cronista, unha testemuña». En este sentido argumentó que había puesto en marcha un proyecto literario «de construción do que el chama o im-país para que deixe de selo e sexa un país».
Siete veces repetido
El editor recordó algunas de las vivencias con un escritor del que reconoció que era su amigo desde hace más de treinta años; una de ellas, que Freixanes relató tras afirmar que algún día «haberá que escribir a historia dos editores galegos», es que cuando estaban preparando la publicación de la obra Arxentina , «reescribimos ese libro sete veces, ¡sete veces!».
El crítico Alfredo Ferreiro explicó que había hablado con el escritor, trasladándole las dudas sobre su papel, ya que los asistentes querían ver al escritor. «Díxome que o que importaba era a obra, que se falara dela, porque foi un esforzo moi grande, porque esta implicada moita xente; díxome que o autor é mais continxente que a obra».
Tras recordar que la trilogía son casi 1.300 páxinas, aseguró que en la misma «está o mellor Alcalá; as descricións das accións bélicas son apaixonantes». Destacó asimismo que la trilogía funciona igual que novelas individuales y afirmó que, en su opinión, «a verdade é o fundamento da literatura».
Antes de terminar, Manuel Molares, uno de los miembros de la comunidad evangélica, destacó el contenido del libro y alguna de sus fotografías.