The Lorchas: «Hacemos música que pueda teñir la mente de color o de emoción»

Ángela R. Acosta

CULTURA

Estos tres músicos compostelanos se definen como un grupo que toca rock and roll a su manera.

28 abr 2008 . Actualizado a las 18:19 h.

Con Emergentes, La Voz abre un hueco para aquellos jóvenes gallegos que dan sus primeros pasos en el mundo cultural y que entre otras cosas lo que necesitan es dar a conocer lo que hacen. En este caso a quienes destacamos es a The Lorchas, un grupo con un estilo indefinido, entre post-rock, post-hardcore, post-funk. Un banda de tres músicos compostelanos que en el año 2003 comienzan con mucha calma y lentitud a tocar aprovechando lo que implica tener un estudio propio, el Krakatoa. Este lugar, inaugurado por el batería Jacobo Iglesias, les permitió a Jaime Pombo, guitarrista y a J.R. Torres, bajo y voz, grabar su primer CD con tres canciones en el año 2005.

Actualmente, The Lorchas está finalizando su próximo trabajo llamado Hardcode Ragas. Esta producción es un proyecto más ambicioso y en el que han volvado durante mucho tiempo toda su energía.

Su música se distribuye de manera gratuita en Internet a través de la página oficial del grupo www.thelorchas.com.

Algunos tratan de definirlos como un grupo de post-rock, post-punk, post-surf, pero su música es «post todo». Ellos se definen como un grupo que toca rock and roll a su manera.

Los chicos de The Lorchas afirman que no tiene ningún tipo de mensaje que aportar, nada que decir, solo pretenden construir piezas musicales que puedan «teñir la mente de color o de emoción». Una emoción que cargan de volumen, saturación y tensión.

Durante los años que llevan en el mundo de la música de Santiago, The Lorchasconoce dentro los inconvenientes que existen para los grupos pequeños e independientes. Este grupo opina que «las autoridades se han cargado la pequeña escena musical con la focalización en salas medianas». Para ellos, estos lugares «hacen dificil acceder, por razones económicas, tanto a grupos como a los oyentes.

Para estos músicos, el rock actual ha dejado de ser popular y se ha convertido en el «espacio ideal para snobs y sibaritas», de esta manera deja de ser un fenómeno vivo para convertirse en un cadaver momificado.