La reconstrucción de una potencia

CULTURA

Una exposición en el Museo de Belas Artes da Coruña muestra cómo la arquitectura se convirtió en la expresión de los dos diferentes sistemas políticos en Alemania

21 abr 2008 . Actualizado a las 00:22 h.

Alemania, 1945. La guerra ha dejado un país convertido en escombros: millones de víctimas, ciudades e infraestructuras destruidas, cientos de miles de desplazados por los bombardeos. Los Aliados se reparten el territorio y comienza la operación de reconstrucción más gigantesca de la historia. Una tarea que, sin embargo, no empezará de verdad hasta 1949, tras la fundación oficial de los dos nuevos estados alemanes. La arquitectura buscaba romper con el pasado y crear una nueva sociedad. Pero mientras en el Oeste lo moderno se entendía como una contraposición a la despreciada arquitectura tradicionalista o totalitaria, en el Este significaba la superación de la arquitectura internacionalista, imperialista y burguesa.

Esta dicotomía es el centro de la exposición Dos arquitecturas alemanas. 1949-1989, que alberga hasta el próximo 18 de mayo el Museo de Belas Artes da Coruña. Mediante un elaborado y en gran parte desconocido material, procedente de archivos de la República Democrática (RDA) y de la República Federal (RFA), la muestra se nutre de documentos fotográficos sobre las diferentes épocas, planos, esbozos y textos, además de 40 maquetas de edificios construidos.

Christopher Strieder, comisario de la exposición, explica que «es la historia de la competición feroz entre los dos sistemas en la reconstrucción de las ciudades, en la construcción de nuevos barrios, en la representación del Estado hacia el exterior o la administración legítima de los valores de la herencia cultural». En todos los campos ?-incluso en el tratamiento otorgado al pasado nazi y al tema de la culpabilidad en la guerra- se aprecia la huella de los dos sistemas políticos que dominaron el mundo en esas décadas: democracia y totalitarismo, liberalismo y socialismo.

Plan Marshall

En la RFA se recibieron ingentes ayudas procedentes de Estados Unidos dentro del Plan Marshall, mientras que en la RDA tuvieron que enfrentarse a constantes desmantelamientos relacionados con el pago de reparaciones a la URSS. En la cultura de consumo inspirada en el modelo norteamericano que se desarrolló en la joven Alemania occidental, el vehículo privado no tardó en convertirse en un elemento clave, lo que obligó a dar respuesta a nuevos problemas urbanísticos. En la RDA, en cambio, los planes de las ciudades se articularon en torno al transporte público.

La muestra presenta así, con ejemplos concretos, el contexto cultural y político-económico de los respectivos desarrollos en ambos estados, invitando a la comparación y al debate. El embajador alemán en España, Wolf-Ruthart Born, indica que «miles de españoles, entre ellos muchos gallegos, han vivido en Alemania y han colaborado en el desarrollo y en la construcción de la Alemania moderna. Por eso, esta exposición es al mismo tiempo un agradecimiento y recuerdo a nuestros amigos españoles y gallegos, y alguno de ellos reconocerá sin duda uno u otro edificio en la exposición».