Atentan contra la catedral de Ourense pintándola

Jesús Manuel García

CULTURA

25 mar 2008 . Actualizado a las 19:16 h.

La catedral de Ourense, uno de los grandes monumentos románicos de España, está siendo objeto de atentados y de abandono. Mientras en el conjunto escultórico del tímpano del portal norte los excrementos de las palomas se amontonan coronando a la Virgen con su Cristo yacente, en el patín norte desconocidos saltaron la balaustrada barroca para emborronar una parte de la fachada catedralicia con pintura negra y azul haciendo garabatos de grandes proporciones que destacan de un modo que escandaliza a los ciudadanos. Las pinturas afectan también a una puerta lateral de acceso a la basílica desde ese patio y a una histórica campana del siglo XVI allí depositada.

Varios turistas que esta pasada Semana Santa conocieron la catedral, amén de los fieles que a ella acudieron a los ritos de esas fechas, se sorprendieron de la imagen que da el monumento ante la desafortunada acción vandálica. El cabildo muestra su preocupación y duda de la efectividad de la acción policial. Antes de la Semana Santa incluso fue ensuciado un panel informativo que invita al turista a entrar en este gran templo medieval.

Los garabatos pintados con aerosol manchan parte del exterior de la capilla del Santísimo y de la de Santa Rita, que dan al patín norte, junto a la calle Juan de Austria. Ese patio sigue las trazas de Fray Plácido Iglesias, realizada la obra en 1785 por Baltasar Gamayo con piedra de canteras de Reza y de Tarascós, en Ourense. La reja es del herrero de Samos, Juan González.

Los Amigos de la Catedral lamentan la situación y señalan que es «unha constante asistir ao deterioro, abandono, incuria, desidia e espolio dos nosos principais e máis emblemáticos monumentos existentes, tanto da cidade como da provincia», señala Juan Andrés Hervella, desde la directiva, además de añadir que la falta de higiene de los fines de semana en el entorno de la catedral y otros monumentos se suman a los robos, con daños en los inmuebles religiosos, de valiosas obras de arte, como ha sucedido en las últimas semanas, en las que han desaparecido cuatro tallas barrocas.

La catedral ourensana se ubica en plena zona de copas del casco histórico de la ciudad, lo que la convierte en uno de los edificios preferidos para orinar sus piedras. A esto se suman los excrementos de las aves, sobre todo palomas y gaviotas, cuyo resultado se deja ver en el grupo escultórico del tímpano del portal norte, donde se aprecia, muy sucio, un grupo escultórico del gótico final, una piedad de sobria composición, ajena, como dice Chamoso Lamas, al afán decorativo del gótico final al que pertenece.

La catedral ourensana es uno de los grandes edificios medievales españoles, olvidado por algunas instituciones culturales gallegas a las que se les propusieron proyectos de mejora que obtuvieron el no por respuesta, como lamenta el cabildo.