28 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.
«Me fui a París buscando mayor espacio para mis hazañas, como don Juan Tenorio», evoca Amancio Prada, quien todavía hoy no se considera un «artista consagrado». De allí volvió con su primer disco, Vida e morte , grabado por una casa francesa. En ese trabajo, en el que musicaba la obra de otros poetas, ve una semejanza con Léo Ferré. En Francia fue donde aprendió «la dignidad en la letra de las canciones», que él relaciona con «el muy superior nivel cultural» del país vecino. Y aunque ahora, confiesa, «parece que hay que estar debajo de una bandera», sigue considerándose «fronterizo», y también «un enamorado de Galicia». «Si Calixto decía que era Melibeo, pues yo soy gallego. Soy gallego de la misma forma que Calixto era Melibeo», declara.