Dos ediciones buscan un nuevo público para «La casa de la Troya»

A CORUÑA CIUDAD

25 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Al igual que El bosque animado o Los pazos de Ulloa, La casa de la Troya mantiene a través del tiempo su capacidad para evocar un tiempo y un lugar determinados. Si las anteriores novelas trasladan al lector a la fraga de Cecebre o a la vida de la burguesía rural, el libro de Alejandro Pérez Lugín (Madrid, 1870-A Coruña, 1926) recrea una vida universitaria en Santiago que hace tiempo que ya pertenece al pasado remoto. La estudiantina, como así la definió su autor, busca un nuevo público dos siglos después de la acción que describe: el sello coruñés Camiño do Faro pone en las librerías dos versiones del libro, una edición con 120 ilustraciones -a cargo de Cristina Figueroa- y, por vez primera, una extensa introducción, así como una tirada de lujo, acompañada por cerca de 500 grabados y un quién es quién del libro.

La primera edición -la de lujo estará disponible dentro de un mes- cuenta además con una limpieza de texto que elimina los errores ortográficos que habían perseguido a la obra desde sus inicios. La introducción, a cargo de Lucindo-Javier Membiela, describe la vida de Pérez Lugín, el contexto de La casa de la Troya y se detiene en cuestiones como las acusaciones de supuesto plagio a las que se enfrentó el autor después de su primera publicación, en 1915, y un análisis de los modelos que posiblemente inspiraron el personaje de Carmiña. Otra peculiaridad de esta impresión es que las ilustraciones de Figueroa, de tamaño variable, se conjuntan con el texto, y describen desde majestuosos escenarios, como el pórtico de la Gloria o las calles con soportales de Santiago, hasta pequeños detalles como platos de comida, un caracol o unas revistas de la época.

Para la edición de lujo, Camiño do Faro ha seleccionado cerca de 500 imágenes decimonónicas, procedentes de periódicos y revistas de época, junto a un aparato crítico que permite al lector situar cada personaje y escenario de la acción. En este sentido, se abarca desde los protagonistas, con sus apariciones y relaciones con los demás actores de la historia, hasta las plazas y calles de esa Compostela mítica que, pese a haber desaparecido hace tiempo, todavía pervive en el imaginario popular. Se ofrece también al lector un compendio de los usos y costumbres del siglo XIX, aunque en el apartado de los nombres cobra especial relevancia, ya que en La casa de la Troya muchos personajes están inspirados en personas reales de la época. De hecho, algunas aparecen por su propio nombre, como el periodista Alejandro Barreiro -que fue director de La Voz- o el escritor portugués Eça de Queiroz. De esta forma, se añade información sobre la época a la capacidad evocadora que mantiene la novela.