Xavier Alcalá escribe sobre el desconocido exilio religioso

Luci Garcés

CULTURA

12 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Unha falsa luz, última obra publicada de Xavier Alcalá fue calificada anoche de novela épica, de historia novelada del exilio religioso, de recordar cuanto aún hay tiempo y testigos, la persecución, tortura y supervivencia de los protestantes evangélicos en ese periodo oscuro en el que a los creyentes no católicos, apostólicos y romanos se les acusaba de «comunista, masón e protestante», y por ello se les perseguía, fusilaba o se les condenaba al exilio si podían escapar.

Con esta obra, 476 páginas, editada por Galaxia, Alcalá cierra una trilogía sobre los evangélicos gallegos y su calvario desde la segunda década del siglo XX, hasta 1975.

«Eran perseguidos por cosas que no podían ser como creyentes. Perseguidos por todos facistas, y maquís», afirma el escritor, que añade: «Los unos los consideraban comunistas, masones; los otros, los veían como vendedores del opio de la religión».

La amplia obra surge, aclara Xavier Alcalá, cuando en el verano de 1998, un grupo de ancianos evangélicos («no hay que confundir con evangelistas, que esos sólo fueron cuatro», precisa) «acudieron a mi para que como escritor acreditado les ayudase a escribir una historia de lo pasado en esos años para no olvidar y que lo supieran quienes no creían que cosas similares fueran posibles».

Libertad religiosa

Y así, los informantes, como les llama, le facilitaron datos, documentos, y testimonios verbales. Después, durante años buscó documentación, comprobó, viajó... «En Argentina construyeron iglesias que compartieron con los evangélicos italianos. Allí emigraron de 1939 hasta 1961. Buscaban libertad religiosa y la encontraron, pero también penurias, muchas», dice.

En la Fnac, donde ayer fue presentado este volumen por Víctor F. Freixanes (editor), Xulio López Valcárcel (crítico) y Timoteo Figueirido Woodford (evangelista), en un acto multimedia al que asistieron algunos de los informantes y numeroso público, Xavier Alcalá, presentó la web que habla de la trilogía, que muestra documentación utilizada, que expone sus propios esquemas manuscritos.

También se pudo ver un documental con los diálogos entre una pareja de ancianos que vivieron en su niñez y y juventud, lo que puede leerse en la trilogía.

Alcalá defiende que se persiguió tanto a estos creyentes porque sabían leer, e interpretar «esa es la diferencia del norte y del sur, entre los países protestantes y los católicos».

«Aunque hubo curas, militares, falangistas buenos, también estuvieron los otros, y esos que en épocas más modernas arrasaron hasta las tumbas», afirma el escritor y ratifican aquellos que conocen la novela a fondo.