Los incendios desvelan un notable campo de petroglifos en Vilagarcía

CULTURA

Los grabados incluyen laberintos, cruces, herraduras, cazoletas y representaciones de animales cuadrúpedos

10 dic 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El fuego y la maquinaria empleada para la apertura de pistas forestales son dos de los enemigos mortales del amplio patrimonio arqueológico que, pese a las constantes agresiones que sufre, encierra todavía el suelo gallego. Sin embargo, estos dos factores acaban de aliarse en fértil paradoja para sacar a la luz un importante campo de petroglifos que, de otra forma, probablemente hubiese pasado desapercibido. El laboratorio de Patrimonio, Paleoambiente e Paisaxe de la Universidade de Santiago de Compostela ha identificado 27 piezas distribuidas en una docena de yacimientos que rodean la cumbre del monte Xiabre, en Vilagarcía, arrasado por las llamas en la oleada de incendios de agosto del año pasado.

El fuego ha deteriorado parte de las inscripciones, si bien su acción es la que ha permitido eliminar la capa de vegetación que las ocultaba. Algo parecido cabe mencionar con respecto a la construcción de las vías y pistas de acceso al parque eólico de Xiabre, cuya irrupción motivó, precisamente, el inicio de las catas arqueológicas.

Los motivos que componen el campo de petroglifos hasta ahora inadvertido responden a un contenido clásico. Los arqueólogos han detectado laberintos y combinaciones circulares concéntricas y relacionadas entre sí, cazoletas, representaciones de animales cuadrúpedos (estas últimas, de corte naturalista, constituyen una modalidad propia de las inscripciones líticas en el noroeste atlántico de la Península), herraduras e incluso gravados alfabetiformes.

Todo ello indica una temática cercana a la transición entre la Edad del Bronce y la del Hierro, a caballo del tercer y el segundo milenio antes de Cristo. No obstante, en Xiabre se observan figuras con forma de cruz que animan a pensar en trazados muy posteriores, enclavados incluso la Edad Media. Estas cruces suelen ser interpretadas como marcas de pertenencia a un territorio o intentos de cristianizar elementos anteriores. Su ubicación, en el monte que domina el mar de Arousa, les otorga una perspectiva muy especial.