El corto de animación «Man» se pasea por los festivales internacionales

La Voz

CULTURA

El trabajo de Abraldes y Faraón participó la semana pasada en las citas de Ourense y Bradford-Inglaterra

27 nov 2007 . Actualizado a las 12:37 h.

La estela de Man sigue recorriendo los ambientes artísticos cinco años después de su muerte (tal vez por eso). Además de todas las iniciativas desarrolladas desde la desaparición de Manfred Gnädinger, cuya muestra (faltaban cosas) pudo verse en las jornadas celebradas hace diez días en Camelle, otras toman el vuelo en estos momentos.

Así ocurre, por ejemplo, con el corto de animación en 3D titulado Man, proyectado también en Camelle. Fue la cuarta ocasión en la que salía a la luz pública del escenario audiovisual. La primera ocurrió semanas atrás, con el pase en el festival internacional de cine de Vilagarcía. Las otras dos, la semana pasada. En un caso, en el festival internacional de cine de Ourense, donde no logró ningún premio y compitió con rivales muy duros. En el otro, el del certamen también internacional de Bradford, una localidad inglesa situada muy cerca tanto de Manchester como de Leeds. Tampoco lograron galardón alguno. Lo que sí consiguieron autores y compañía (Ficción Producciones) en estos tres casos (en Camelle, obviamente, no era necesario) fue descubrir al existencia de Man a todos aquellos que no la conocían.

Sin embargo, la historia que se traslada el espectador no es exactamente la misma que ocurrió. A lo largo de sus poco más de siete minutos de imágenes, lo que aparece es más bien un ensayo onírico, con licencia para inventar, por tanto. Sí están reflejadas, en tres dimensiones, sus esculturas circulares. Y sí están Man, barbudo y con ojos tristes. Y también está el Prestige, aunque sea en forma de «oscura masa uniforme» que se acerca, según explica la ficha. Pero nada más, el resto es una idealización, y como tal hay que tomarla.

Uno de los dos directores y guionistas, Juan Carlos Abraldes, se lamenta precisamente de que esta cuestión es la que menos gusta entre los espectadores. Al contrario, han recibido críticas muy buenas sobre la técnica y la estética del trabajo, en el que han empleado programas de modelado y simulación muy modernos y que producen imágenes de enorme resolución, muy efectistas.

Otro de los aspectos más destacados del trabajo es la música, de la autoría de Manuel Riveiro, natural de Catoira, con una intensa trayectoria ya a sus espaldas pese que sus primeros trabajos fílmicos son del 2004.

En el aspecto personal, Abraldes, que se desplazó a Camelle dos veces para preparar el trabajo y tomar imágenes, declara su admiración por el personaje: «Si tuviese el valor, que no lo tengo, yo habría hecho lo mismo que él, ponerme el taparrabos». El «estilo tan particular» de las esculturas del alemán le parece muy interesante, según el dibujante y guionista.