El animal, ya cebado y de 180 kilos, fue sustraído de noche de una cuadra en una zona con poco tráfico y los dueños advierten de que su carne no es apta para comer
19 oct 2016 . Actualizado a las 07:54 h.«Tiña 180 kilos, criámolo nós e estaba para matar», explica Andrea Piñeiro sobre el cerdo que le sustrajeron a su familia la noche del lunes de una cuadra conocida como O Rancho, en el lugar de Nigrofe, en Perbes. «Era o máis gordo, era un porco magnífico», comenta en una comparativa con los otros dos que criaron este año y dice que esperaron para sacrificarlo por falta de espacio y, ahora, porque estaba tomando antibióticos, ya que tenía tos. «Pódeche prexudicar se comes a carne, din que non se pode matar ata despois de quince días de tomar o medicamento», informa esta joven que teme que alguien del entorno esté detrás de esta sustracción porque la cuadra donde estaba no es una zona concurrida. Se lo llevaron de una vieja construcción que utilizan para cebar los animales y asegura que venían específicamente a por ese cerdo, porque ni se llevaron otros dos pequeños, ni aperos de labranza ni los productos de la huerta que tenían allí.
Los ladrones tuvieron que apartar unas piedras para facilitar el traslado del animal y dejaron junto a la puerta una galleta, que se cree que utilizaron para conducirlo al carretillo que usaron y del que quedaron las marcas. Como única prueba dejaron un reguero de tullas.
La familia, la única con ganado en la zona, había sufrido un robo en julio en sus invernaderos, pero en aquella ocasión habían «collido na allada» a los autores, tres jóvenes de Campolongo.