María Merelas hace ramos de flores con el dinero que sus clientes quieren regalar a las parejas en las bodas
30 ago 2011 . Actualizado a las 19:57 h.Hay a quien agasajar a un futuro matrimonio con un sobre de dinero le resulta un tanto frío e impersonal. ¿La solución? Echarle imaginación, algo que a María Merelas le sobra. Ha importado a su floristería una modalidad que tiene todos los boletos para erigirse como una nueva moda: la preparación de ramos de flores en los que sustituye las naturales por otras confeccionadas con billetes.
Esta práctica llegó a su negocio por casualidad. «Un día vino una chica con unas flores que le había hecho un amigo en casa con billetes, y me pidió que le montase un ramo con ellas». A partir de ahí, comenzó a recibir algún que otro encargo. La Red ya se ha hecho eco de esta innovación, e incluso hay vídeos que explican cómo confeccionar estas peculiares flores. Pero la mano del profesional se nota a la hora de elaborarlas y diseñar una buena presentación. Su floristería, que tiene el mismo nombre que su fundadora y está emplazada en el número 9 del Martinete, siempre fue conocida como «la floristería de los escaparates». A María siempre le ha gustado la decoración, y ella misma dice que «me sobran ideas, lo que me falta es tiempo».
Quizás por eso sus próximos proyectos están relacionados con la papiroflexia. «Estoy pensando en crear figuras con los billetes, y detalles también para el novio. Si eres amigo de la chica, está bien un ramo o algo así. Para un chico mejor otra cosa. Un velero, un cuadro, un libro..», comenta la florista, que añade que «pueden hacerse figuras con cualquier motivo, es un campo muy amplio para innovar».
María lleva tres años al frente de su floristería, en la que ofrece todo tipo de servicios. Además de los ramos tradicionales, elabora coronas y algún regalo en particular. También hace bodas, con todo lo que conllevan. «Ramos de novias, coches, iglesias... hago todo, hasta donde llego», afirma María. Todo lo que sabe lo ha aprendido de forma autodidacta, pues «no soy profesional en nada», asegura Merelas, a la que no se le caen los anillos al reconocer que «no tengo ningún curso, pero todo lo que sean manualidades me encantan», desde la restauración a la pintura. Lamenta que a pesar de que le encantan las flores, «nadie me las regala ahora que las vendo». Es consciente de la crisis, por eso no duda en decir que sus precios «no son caros, hay que ir tirando. Ya se subirán cuando la cosa esté mejor».
Mientras tanto, ha optado por establecer precios asequibles en sus originales obsequios para eventos. Por un coste de entre 10 y 15 euros, podrán adquirirse los ramos de billetes o bien otro tipo de montajes. «Por ejemplo, en este caso serían sobre 15 euros, porque la regadera cuesta 7», explica María mientras muestra una flor que se erige desde el interior de una regadera a modo de motivo jardinero. Se avecina mucho trabajo para esta florista, que nunca imaginó tener entre sus manos pétalos tan valiosos.