«Quizás soy algo tiquismiquis»

Elena Silveira
elena silveira BERGONDO / LA VOZ

A CORUÑA

Presume de dialogante, resolutiva y de tener una familia muy unida

07 ago 2011 . Actualizado a las 06:57 h.

Nació en Londres en octubre de 1971. Es hija de emigrantes y, de hecho, todavía tiene familia por el mundo adelante. Cuando ella tenía 5 años regresaron a Guísamo porque tenía que empezar el colegio. Amante del folk, del Dépor y de largas caminatas, dejó su trabajo en una gestoría para dar el salto a la política en 1999.

-¿Qué tal su nivel de inglés?

-[Resopla] Puf, no muy bien. Estudié francés en el colegio y de inglés tengo nivel coloquial.

-¿Y lo de tomar el té a las cinco?

-Pues mira, será de los años en Londres que nos ha quedado lo de tomar té con leche. No a las cinco, pero sí en el desayuno, después de comer o a media tarde. De hecho, siempre ofrezco té a los invitados, no café. Me encantan las infusiones y mis tíos siempre nos traen de allá.

-¿Ha vuelto a Londres?

-Sí. Y es curioso porque tengo recuerdos vagos como el jardín de mi casa, cómo era el barrio y que había ¡un heladero!

-Así que es larpeira?

-A pesar de las apariencias [se ríe con ironía] soy de ensaladas y pocas salsas.

-¿No se le da bien la cocina?

-No me disgusta, pero no cocino. De hecho, voy casi todos los días a comer a casa de mis padres. Cuando me pongo a cocinar cojo una receta y la tengo que seguir punto por punto.

-Pero su familia tiene un bar en Guísamo, en la que ponen tapas? algo le quedaría?

-Sí, pero era una cocina industrial, con otro ritmo. Y mi madre es muy buena cocinera. No es innovadora, pero es buena cocinera.

-Estudió empresariales y trabajó en una consultoría. ¿No le llamaba el negocio familiar?

-Es conocido en Guísamo que a Alejandra «nunca lle gustou o bar» [sonríe y enfatiza la pronunciación]. Puse muchos cafés y serví muchas mesas, pero un negocio de este tipo quema mucho. Mis padres nunca tuvieron vacaciones. La casa familiar está encima del bar y allí había que estar sábados y domingos? Siempre eché una mano, pero mis morros detrás de la barra eran legendarios. Quien más ayudó en el bar fue mi hermano. Ahora que mis padres están jubilados él se encarga del negocio y lo está «repensando».

-¿Echa en falta algo desde que es alcaldesa?

-Caminar. Tengo que volver a hacerlo porque lo necesito. Intento hacerlo con mi madre o mis tías. Me gusta andar y, de hecho, hice tres veces el Camino de Santiago desde O Cebreiro.

-Por lo que dice es de familia.

-Sí. Somos una piña, aunque discutimos mucho, sobre todo el sector femenino. Yo soy la mayor de tres hermanos, de ahí a lo mejor que sea un poco mandona. Mi hermana pequeña tiene 26 años y somos bastante cómplices.

-¿Cómo la ven los vecinos?

-Quizás como alguien sin un especial carisma, pero que resuelve las cosas de forma tranquila y ordenada. Antes me afectaba todo mucho más, pero en estos años he aprendido a tranquilizarme.

-¿Le afectó mucho la muerte de su mentor, Pepín?

-Fueron meses difíciles. Fue duro a nivel personal y también en el Ayuntamiento, porque muchos asuntos estaban de su mano y no sabíamos cómo afrontarlos. Hubo que ponerse las pilas.

-Usted procede de la empresa privada. ¿Le ha costado adaptarse a la pública?

-El Ayuntamiento a veces te llega a desesperar. La empresa privada es más ágil y la administración pública es otro mundo. Desde la oposición parece que todo va muy lento pero desde el gobierno te das cuenta de que todavía es más lento.

-¿Y le compensa el cargo?

-No siempre es agradecido, pero sí, es satisfactorio.

-Antes decía que era un poco mandona. ¿Cómo cree que es como jefa?

-Creo que todavía tengo la mentalidad de concejala, de decidir en equipo y de estar muy pendiente de los detalles.

-¿Demasiado perfeccionista?

-No soy perfeccionista? quizás un poco tiquismiquis. Pero no, no me cuesta ser jefa. Intento dialogar lo máximo posible, sin imponer. Y, en realidad, somos jefes entre comillas porque nos eligieron temporalmente.

-Se distanció del BNG...

-Yo personalmente me llevo muy bien con Antón. Incluso presumimos de ello y en los plenos tenemos alguna sonrisa cómplice. Hubo enfrentamientos en la época de Pepín y Lolo Parga, pero ahora nos respetamos todos. Los conozco de antes de entrar en la política.

-¿Compenetrada con Fafián?

-Nos estamos acoplando. Ellos tienen muchas ganas de hacer cosas, pero la administración tiene sus ritmos?

alejandra pérez máquez alcaldesa de bergondo

«Me gusta andar y, de hecho, hice tres veces el Camino de Santiago»

Alejandra Pérez Máquez