Solidariedade Galega envía a 24 sanitarios a Nicaragua en misión humanitaria

La Voz A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

31 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Hoy mismo, de mañana, de Alvedro parte una nueva expedición de la oenegé Solidariedade Galega, nacida en el seno del hospital coruñés y que hoy moviliza a profesionales sanitarios de toda Galicia. Esta vez, volará rumbo a Nicaragua un grupo amplio, formado por 24 personas, que se repartirán en tres proyectos de ayuda humanitaria en el campo de la atención médica.

«Esta vez vamos muchos -explica Enrique Rodríguez, anestesista y presidente de la organización- porque viajamos a distintos puntos de las zonas más pobres del país y vamos a intentar hacer un poco de todo».

Uno de los equipos intervendrá en diferentes municipios de Nueva Segovia, para prestar atención especializada de forma prioritaria a mujeres y niños. Para ello, se desplazarán tres oftalmólogas, una ginecóloga, un anestesista, un odontólogo, además de una coordinadora enfermera y una auxiliar. Atenderán consultas, pero también practicarán intervenciones quirúrgicas en las tres especialidades, y se completará además con tareas formativas, tanto en el terreno de la reproducción, como en el de la higiene dental y la salud ocular. Para ello, la mayoría del material farmacológico y técnico viaja, no sin dificultades por las restricciones de equipaje, junto con el equipo, que en sus maletas personales incluye además «desde pasta de dientes a cepillos y gafas», explica el responsable de la oenegé.

Al mismo tiempo, y en el Hospital Alfonso Moncada de Ocotal, dos traumatólogos, un residente, dos enfermeras instrumentistas y un anestesista se dedicarán a operar, de forma especial ortopedia infantil para corregir problemas y malformaciones para los que no cuentan con recursos. «Hay muchos niños con pies zambos», explica el especialista.

En total, en los veinte días de estancia de los equipos en el departamento de Nueva Segovia, calcula que verán a alrededor de 3.000 pacientes.

Submarinistas

A ellos habrá que sumar la población enferma que tratarán en Puerto Cabezas, donde el proyecto se centra en atender a los submarinistas que sufren graves secuelas físicas por la práctica del buceo sin las mínimas condiciones de seguridad. «Las lesiones medulares en esa zona son una ruina humana», resume Rodríguez. Un especialista en medicina subacuática aprovechará para tratar de enseñar a los miskitos marineros, puntal de la economía local, a realizar las inmersiones de forma más segura, y le acompañarán un otorrino, un urólogo, una enfermera, dos fisioterapeutas, y un farmacéutico para examinar y prestar ayuda a los jóvenes que pierden la movilidad trabajando.