El parricida de Paderne dice ahora que intentó salvar a su hijo de 14 meses de las llamas

Emiliano Mouzo / Toni Silva A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

16 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

«No vas a volver a ver a tu hijo». Fue el epitafio de la muerte anunciada de Pablo Deus Dopico, el niño de 14 meses que murió el pasado sábado día 2 calcinado dentro de una furgoneta en una carretera provincial del término municipal de Paderne.

Esa trágica frase la había pronunciado el padre del niño, J.?L.?D.?L., de 42 años, a través del teléfono para comunicarle a su mujer, Margarita Dopico Cancela, su macabra intención. Estas fúnebres palabras las emitió unos veinte minutos antes de arrancarle la válvula a una bombona de butano que llevaba en la furgoneta, acercarle la llama de un mechero y envolver en llamas el vehículo mientras el pequeño permanecía sujeto por los arneses en su silla reglamentaria. Así lo hizo constar la madre del niño en su denuncia ante la Guardia Civil de Betanzos.

«Fui yo, matadme». Así se dirigió el padre del bebé a las primeras personas que llegaron al lugar de tan trágico suceso, señalaron fuentes presenciales. Y otras fuentes próximas a la investigación indicaron también que la noche de los hechos J.L.D.L reconoció a los agentes de la Guardia Civil haber matado a su hijo, al haber sido el causante del incendio. Y en ese preciso momento los guardias civiles le dijeron que estaba detenido por un supuesto delito de homicidio.

Pero ayer el parricida varió totalmente su declaración no concordando en ningún momento con lo que le dijo el mismo día del homicidio a la Guardia Civil. Fue ante la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Betanzos. Lo hizo en la habitación de la unidad de quemados del Complejo Hospitalario Universitario A Coruña sobre las once de la mañana.

El padre del niño le dijo a la magistrada que había intentado salvar a su hijo de las llamas. Que quiso retirarle los cinturones de seguridad para rescatarlo del fuego, según informaron fuentes próximas a la investigación.

Estaba fuera del coche

El parricida de Paderne también insistió en que él se encontraba en el interior del vehículo y que para salir había roto una de las ventanillas del coche. Incluso llegó a declararle a la jueza que se había tirado con la cabeza contra el cristal para poder salir.

Sin embargo, todo apunta a que el padre de Diego se encontraba fuera del vehículo cuando arrancó la espita de la bombona de butano, le prendió fuego al gas y convirtió la furgoneta en un auténtico infierno que acabó con la vida del niño. Y esta hipótesis es la que más se acerca a la realidad por el tipo de heridas que tiene el hombre, tan solo quemaduras en la cabeza y en los brazos.

J.?L.?D.?L intenta con esta declaración exculparse del delito de homicidio. Pero ya solo por las contradicciones en que incurrió le delatan y puede enfrentarse a una pena de hasta 30 años de prisión.