El fiscal considera probado que en clubes de Fene y Aranga se prostituía a jóvenes de nacionalidad extranjera

Francisco Varela A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

16 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El representante del Ministerio Fiscal pidió penas de prisión ayer en la última sesión del juicio contra los acusados de formar una trama que obligaba a jóvenes colombianas a prostituirse en los clubes Night Caprice (Fene) y Molino Rojo (Montesalgueiro, Aranga).

En la última sesión de la vista oral, celebrada en el Juzgado de lo Penal número 1 de Ferrol, sostuvo que Nancy Amparo Chavijo Mendoza, como jefa en el supuesto prostíbulo de Fene, y Carmen Emilia Clavijo Mendoza, conocida por Lulú, en el Ayuntamiento de Aranga, auxiliadas por los restantes encausados, parte de ellos gallegos, formaban el grupo que, en el año 2000 se dedicaba a convencer en Cali (Colombia) a muchachas en situación de dificultad, ofreciéndoles trabajo en el sector de la hostelería, para que viajasen a España. Pero que una vez que ponían pie en Barajas, un mandado por la organización les retiraba el pasaporte y las trasladaba a Galicia para prostituirlas en los referidos locales.

Amenazas

Considera que quedó probado con lo declarado por la testigo protegida señalada en la causa como T 1, que lo fue, según explicó ella misma en una de las sesiones, y recibió amenazas más tarde, cuando comenzó a hablar, amenazas extensivas a su familia en Colombia.

Una segunda testigo protegida (la T 2), confirmó en su declaración en instrucción estas amenazas y forzamiento, si bien llegado el día del juicio se desdijo. Por ello el fiscal Daniel Jove pidió al tribunal que se valore más el testimonio realizado ante el juez instructor (Morán Llordén) que el que hizo en la vista, por las contradicciones y vaguedades en que incurrió.

La jornada de ayer estuvo ocupada también por varios testigos propuestos por la defensa. Todas son mujeres colombianas que declararon ser familiares o conocidas de las encausadas y negaron que se dedicasen a la prostitución. Aseguraron, como habían hecho otras testigos en jornadas anteriores, que el Night Caprice no era -ya está cerrado- un prostíbulo sino una cafetería convencional, lo mismo que el local de Montesalgueiro, al que acudían ellas, chicas colombianas, a tomar consumiciones con amigos.

Preservativos

La policía sostiene que todo estaba organizado como tal lupanar en ambos clubes: habitaciones con sábanas desechables, paquetes de preservativos e, incluso, en uno de ellos, un libro de contabilidad general.

Una de las que declararon indicó que era la limpiadora del establecimiento de Fene. Aseguró que su jefe no era Nancy sino un tal Amador, ya fallecido. Aunque su dedicación, dijo, es la venta de productos sudamericanos.

Otra de las participantes en el juicio indicó al tribunal que el motivo de hubiese venido a España era que estaba «de vacaciones», invitada con carta notarial por un familiar (hay encausados que lo están debido al envío de estas cartas de invitación).

Todas las defensas presentes trataron de desmontar el alegato del fiscal, basándose en estos testimonios. Solicitaron además que se tuviese en cuenta como atenuante de dilaciones indebidas el que los hechos que se juzgan supuestamente ocurrieron hace diez años.

Por su parte, el representante del Ministerio Público imputó delitos de inducción a la prostitución, inmigración ilegal y contra los derechos de los trabajadores para solicitar más de ocho años de cárcel para las principales encausadas en este proceso.