Una mujer colombiana declara que fue obligada a prostituirse en un club de alterne de Aranga

Francisco Varela A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

06 oct 2010 . Actualizado a las 12:14 h.

Una mujer colombiana, que vive bajo el estatuto de testigo protegida, declaró ayer que en el 2000 fue obligada a prostituirse en un club de alterne de Montesalgueiro, en Aranga. La joven reveló estos hechos en el transcurso de un macrojuicio que comenzó ayer en Ferrol contra una trama de colombianos y gallegos a los que se les imputan estas prácticas y que se sientan en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 1.

Se trata del testimonio inculpatorio más importante que guardaba el fiscal como pieza clave de la acusación. Se albergaban dudas sobre si mantendría su testimonio el día del juicio. La testigo aseguró que llegó de Colombia al aeropuerto de Barajas donde la esperaba un hombre que la trasladó al prostíbulo. Entre sollozos, la mujer reveló que le llamaban «negra de mierda» y aseguró que cuando iban a practicarse redadas policiales, las encargadas lo sabían de antemano y las mandaban a ocultarse a un monte cercano mientras se efectuaba el registro por parte de efectivos de la Guardia Civil o el Cuerpo Nacional de Policía. Los dos letrados de pago (el resto que defienden a parte de los diez acusados son de oficio) se aplicaron con dureza para intentar desacreditarla a la testigo, pero la mujer reconoció que dos días antes de emprender el viaje sabía que venía a España a prostituirse, pero había firmado pagarés que le impedían volverse atrás. Y se ratificó en que había sido obligada a ejercer de meretriz. Dijo también que intentaron sobornarla con ocho millones de pesos colombianos para que variase su testimonio, pero lo rechazó.

Identidad

La testigo declaró separada por una cortina de los banquillos donde se sientan los acusados, si bien su identidad se supo porque ella misma, durante su declaración, la reveló e indicó cuál era el sobrenombre con el que se le conocía. Los clubes de alterne en los que, según la acusación, se ejercían estas prácticas eran el Night Caprice, de Barallobre (Fene), y el Molino Rojo, en Montesalgueiro, en el Concello de Aranga.