El San Juan hizo arder las playas de A Coruña

Javier Becerra
Javier Becerra A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

A la una de la madrugada los servicios de emergencias habían atendido a 17 personas por quemaduras e intoxicaciones etílicas

24 jun 2010 . Actualizado a las 12:32 h.

Como el gol con el que un equipo logra un campeonato tras muchos minutos de incertidumbre. Así se celebró la última estampida de la sesión de fuegos de artificio propulsada desde la rotonda de las Esclavas. Un grito tribal, festivo, de todos a una en el que se fundió el espíritu festivo de los miles de coruñeses que bajaron a las playas de la ciudad. Como en los años anteriores los coruñeses se echaron a la calle y sumaron unos 100.000. Una cifra que, eso sí, que se quedó en bastante menos poco después de la medianoche.

Sí, el San Juan festivo continúa siendo una reclamación colectiva casi unánime. La ciudad entera lo exige, porque ningún evento logra reunir a tanta gente de todos tipos. Así no se verían el desfile de los gestos contrariados que se pudo ver a partir de la una. Eran los de aquellos que tenía que trabajar, los responsables, los que se tuvieron que recoger pronto. En la mente de muchos revoloteaba el recuerdo del último San Juan que cayó en domingo, cuando la fiesta se pudo prolongar para casi todos hasta el amanecer.

De cualquier modo, seguramente no pocos acudirán hoy ojerosos a sus ocupaciones. Tampoco serán minoría a los que se le peguen las sábanas y decidan que mejor dormir hasta tarde. Son los que se metieron en el meollo, los que se mojaron, los que descartaron el ver la fiesta desde la barrera. Lo del mojarse, entiéndase en sentido literal: varias personas terminaron bañándose en la orilla del Orzán sin importarles las consecuencias del día después.

En el otro extremo, pegados al muro, los Kilomberos de Monte Alto subieron el máximo el ruido de su batucada. Musica de origen sudamericano que los latinos bailaron hasta reventar. Porque los hubo y mucho. Los brasileños, colombianos, uruguayos, ecuatorianos, peruanos y argentinos demostraron con sus ganas de pasarlo bien que el San Juan también es suyo.

«Pero mira cómo está esto», decía admirada una señora desde el paseo. «Es algo impresionante», insistía. Era una de las que prefería verlo desde la balaustrada del paseo, helado en mano. Como tantas otras personas, resultó atraídas por una de las mejores noches del año. De cualquier manera, el hecho de que los arenales cuenten con un 20% más de extensión tras el relleno hizo que se pudiesen ver algunas calvas en las playas.

La falla empezó a arder a las doce, como manda la norma. La Meiga Mayor, Nadia Quintela, prendió la mecha y en apenas diez minutos el conjunto artístico quedó reducido a cenizas. Una tanda de fuegos de artificio se disparó desde la coraza. Luego, llegaría la mencionada gran sesión y con su fin la explosión del San Juan.

Quemaduras

Los servicios de emergencias atendieron en la primera parte de la noche a 17 personas, la mayoría de las cuales presentaban quemaduras de escasa consideración o intoxicaciones etílicas. Cinco de ellas fueron trasladadas al Hospital A Coruña «solo por precaución», según explicaron desde Protección Civil.

Además, entre las once y las once y media de la noche, los bomberos tuvieron que intervenir en 23 hogueras «para rebajarlas, porque tenían mucha carga de fuego y podían resultar peligrosas», informaron desde el servicio contraincendios coruñés.