El nuevo oleoducto de Repsol no estará construido hasta el año 2017

A.?L.

A CORUÑA

19 abr 2010 . Actualizado a las 11:46 h.

Hasta el año 2017 se mantendrá operativo el oleoducto que cruza la ciudad y que conduce los hidrocarburos desde el puerto petrolífero de San Diego hasta la planta de Repsol. Dicho conducto se mantendrá en funcionamiento mientras no lo haga su sustituto, que será el que una el nuevo puerto exterior de punta Langosteira con la factoría de Bens.

En la actualidad, el oleoducto con el que se trabaja fue construido hace más de 43 años y tiene una longitud de 6,4 kilómetros, cruzando la parte de la ciudad que va desde San Diego, pasando por los Castros, Casablanca, el Barrio de las Flores, el Birloque, y el polígono de la Grela, hasta llegar finalmente a la planta de Meicende. Este servicio de canalización, también denominado poliducto, está formado por 14 tuberías de acero, con un diámetro que oscila entre los 15 y los 60 centímetros, y de las que tres se usan para el envío de crudo desde la terminal de Repsol en el puerto hasta la refinería de Bens, mientras que el resto se emplea para productos terminados, como la gasolina, o el gasóleo.

Alta seguridad

Todo este mecanismo cuenta con un revestimiento de alta seguridad para evitar posibles fugas o fallos, y además periódicamente las líneas de este conducto se controlan a través de un sofisticado aparato -bautizado como pig inteligente-, que viaja por el interior de las tuberías de manera autónoma vigilando que no haya ningún error. Para ello, este dispositivo, cuenta con 144 sensores que detectan la más mínima pérdida de espesor o cualquier otra incidencia, y que por eso está siendo utilizado en los países más avanzados.

Casi con toda probabilidad, el nuevo oleoducto que unirá la refinería de Repsol con el puerto exterior en el 2017 también contará con una estructura similar a la de su antecesor, e incluso mucho más mejorada. De hecho, la terminal petrolera que se va a levantar en punta Langosteira estará dotada de las máximas medidas de seguridad, al mismo tiempo que se propiciará que los puntos de atraque de los buques estén abrigados por el dique, para así no sufrir las consecuencias del oleaje.

A todo esto se une que el calado de esta terminal de Repsol será mucho mayor que el de San Diego, lo que facilitará el acceso de los cargueros y permitirá la llegada de superpetroleros. Asimismo, los depósitos de los hidrocarburos se ubicarán en un área alejada de cualquier núcleo urbano.