Gatocán rescata de una casa de Meirás dos perros maltratados por su propio dueño, al que los vecinos intentaron agredir
26 mar 2010 . Actualizado a las 12:47 h.Beatriz pensaba que ya lo había visto todo en relación a perros maltratados. Pero el pasado domingo comprobó que aún quedaban tragedias caninas más graves por conocer. La presidenta de Gatocán recibió la llamada de varios vecinos de Meirás, que le pidieron ayuda para dos perros que estaban en una situación deplorable. Dichos vecinos incluso intentaron agredir al dueño, por lo que tuvo que interceder la Guardia Civil.
Así, el domingo por la tarde Beatriz y su pareja recogieron a Toby y Luna , cruces de pastor alemán de unos tres años. La escena era dantesca. «O macho convulsionaba, parecía envelenado, era unha bola de barro e merda», recuerda con crudeza la responsable de Gatocán, que recuerda que los vecinos increparon al dueño de los animales en todo momento. «Tívenlle que pedir que non asomara fora porque lle ían pegar», añade.
El viaje de Meirás a Coirós, donde se encuentran las instalaciones de Gatocán, no fue precisamente fácil. «O meu home vomitou porque o olor era nauseabundo e xa en Coirós unha das voluntarias comezou a ter arcadas cando abriu a porta do coche», recuerda Beatriz Martín Catoira.
El macho sobrevivió de milagro. Llegó a Gatocán en estado de shock , se mantuvo estable y en la madrugada del jueves dio un grave retroceso. «Afogábase, hinchoulle a lingua, vímonos negros para controlalo, pensei que o perdiamos», apunta la nueva responsable de los canes, a los que ya ha cambiado de nombre «para evitarlles malos recordos». Así, Toby a pasado a llamarse Roi y Luna responderá con el tiempo al nombre de Rea . Beatriz le hizo firmar al dueño de los perros un reconocimiento de que nunca los reclamaría.
De este modo, la familia de Gatocán vuelve a incrementarse. Una vez que a los perros se les retire el suero podrán unirse el resto de la familia canina, formada por unos cuarenta perros que disfrutan de un espacio de 5.300 metros cuadrados. Los 105 gatos gozan de la mitad del espacio.
Beatriz Martín no se acostumbra al recuerdo de la escena de Meirás. «Cando os levamos de alí o dono choraba, non sei se por finxir diante dos veciños ou por vergoña de como os trataba», explica la responsable de Gatocán.