«Si quieres donar, cuéntalo»

A CORUÑA

Una enfermera y un trasplantado explican las claves de los injertos de órganos y tejidos a 80 alumnos de los Maristas

06 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Tina y José Manuel son como una especie de despertadores. De la reflexión y también de la intención. A eso fueron, como desde hace años, al colegio Maristas. Algún dieciseisañero cabeceó, para qué negarlo, pero la gran mayoría estuvieron bien atentos, casi sorprendentemente callados, muy participativos y preguntones. El trasplante y la donación, tema que, por cierto, figura en el temario de Ciencias del Mundo Contemporáneo, llenó dos horas largas de la mañana de primero de bachillerato.

«A mí que me quiten todo, si sirve para algo, todo», decía Cristina al final de la charla. Tina, enfermera de la Oficina de Coordinación de Trasplantes del Hospital A Coruña, y José Manuel, trasplantado y ex alumno del centro, convencieron por mayoría aplastante. «No os quedéis con ninguna duda», les había aconsejado uno de los tutores, Santillán, antes de empezar la síntesis histórica, legal y técnica, con aclaraciones sobre la muerte cerebral, y las claves: sustituir un órgano por otro es un tratamiento médico complejo, para pacientes sin alternativas, es eficaz y, también, es el único para el que no basta con tener un buen hospital, mejores profesionales y todos los recursos: si no hay donante, no hay trasplante. Es más, si no hay donante, no existe la posibilidad de salvar hasta ¡¡siete vidas!!

El 2009 se cerró con un incremento en las negativas a donar, el 29%, y ese, junto con las más de 4.000 familias que en España viven ahora mismo pendientes de que aparezca un órgano, fueron datos que apuntaron nuevas preguntas. «¿Cuánto tiempo se puede esperar?», dijo un chico. «¿Se seleccionan los receptores por la edad?», dijo otro, y un tercero preguntó si el alcoholismo podía ser motivo para ser excluido de la lista. Marina quiso saber si era posible volver a trasplantar un órgano que ya lo había sido si fallece el receptor, Andrea si el riñón que no funciona, que habitualmente se deja en su sitio, puede traer problemas, y otro estudiante si el hígado cortado volvía a crecer.

La cuestión que más tiempo consumió tuvo que ver con el papel de los familiares: «¿Tienen derecho a negar una donación?, preguntó un alumno. Y Tina contestó: «Es importante que decidáis si queréis donar o no, y es importante que lo contéis a vuestros familiares; cuando fallece un paciente en la uci lo que le preguntamos a la familia no es si dona sus órganos, le preguntamos si sabía lo que esa persona pensaba de la donación: suelen acatar su voluntad». El conflicto, explicó, puede surgir si no había dicho nada al respecto. «Nosotros, en contra de la voluntad de la familia no lo hacemos, aunque desde el punto de vista legal podríamos», apuntó Tina, ya que la ley dice que todos somos donantes salvo que en vida se haya manifestado lo contrario.

En el salón se escuchó una experiencia próxima: «No sabíamos lo que él pensaba, pero accedimos a donar y, en cierta forma, nos reconfortó».