Padres de la guardería de A Barcala se quejan de que sus bebés soportan temperaturas de doce grados

A CORUÑA

10 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Los niños de la galescola de A Barcala están viviendo un invierno especialmente cruel. Según comentan algunos padres y ratifican las instituciones competentes, el centro muestra graves deficiencias en el sistema de calefacción, lo que acaba repercutiendo en la salud de niños, algunos de unos pocos meses de edad.

Es el caso de Sara Pan, de solo trece meses de edad. Según asegura su madre, Ana Marín, «este invierno ha tenido una amigdalitis aguda por exposición al frío». «En noviembre las aulas estaban a doce grados, o incluso menos. Me decían que el problema era del Consorcio Galego, éste culpaba al Ayuntamiento de Cambre, y así continuamente», relata Marín. «Le hice un escrito al Consorcio el pasado 30 de diciembre y me reconocieron que había un problema con la climatización del local. Hoy mismo [por ayer] la cogí sentada del pasillo y tenía el culete húmedo, todo el mundo te da la razón y nadie hace nada», reitera la enojada madre, que recuerda que mientras su hija no estuvo en la galescola «no tuvo ni un moco».

El origen de los numerosos catarros de los niños está en el tapón burocrático entre las distintas instituciones. El cuadro eléctrico de la galescola nunca fue el óptimo para soportar la demanda de suministro (contaba con una instalación de 42 amperios y necesita una de 70) con lo que, hace tres meses, acabó averiándose y provocando, entre otras consecuencias, el ambiente gélido de la galescola.

Pero el Ayuntamiento de Cambre aún no había recepcionado la obra (pese a estar funcionando desde noviembre del 2007) y no contaba con el boletín eléctrico, sin el cual no tenía permiso para modificar el cuadro. «Cuando se produjo la avería, el Concello no podía tocar ese cuadro. Hubo que gestionar con otra empresa que se arreglase el problema eléctrico porque la que hizo la galescola había ido a la quiebra y las subcontratas no se hicieron cargo de la avería», señalaron fuentes municipales. Es decir, sin el boletín eléctrico de la Consellería de Industria, Fenosa no se hacía cargo de la reparación.

Estufas «municipales»

Como el problema se prolongaba y algunas madres prescindían de los servicios de la galescola, la Concejalía de Servicios Sociales proporcionó algunas estufas para aclimatar a los niños y las cuidadoras. «Pero ahora ya estamos en la fase de contratar el suministro eléctrico con Fenosa», apuntan fuentes de Servicios Sociales.

«Ha sido un invierno muy duro y en la zona de A Barcala hay heladas impresionantes», apunta una de las madres. «Algunos funcionarios del Concello de Cambre incluso me reconocieron que si ellos tuvieran un hijo no permitirían que fuera a la galescola en estas condiciones».

Otras críticas

«Aquí mucho galleguismo y mucha historia, pero luego no nos dan las necesidades básica», señala un padre. «Aunque se caguen encima en la galescola de A Barcala tienen un horario para cambiar los pañales a los bebés y por eso acaba siempre con la piel irritada», añade indignado con el centro.