El artista está feliz con los planes para los próximos dos años que incluyen traer a la ciudad la pintura de la Escuela La Haya y llevar su obra a Ámsterdam y Madrid
22 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.En aquella vieja historia, el hombre feliz no tenía camisa, pero ahora es posible encontrar a un hombre feliz con camisa. Es el pintor Gerardo Porto que a sus 83 años sorprende con la pasión -«nada agitada, tranquila, porque ahora soy un burócrata del arte, y a mucha honra, ¡qué sería de nosotros sin el orden de los burócratas!»- con la que afronta sus nuevos proyectos. El artista recuerda sus 27 años trabajando en la televisión holandesa, un país en el que vivió más de 40 años, del que conoce muy bien su arte, especialmente su pintura, y confiesa que bajo su «apariencia externa de que soy un coñón, interiormente soy serio y un día llegué a la conclusión de que lo único que me interesa es una vejez digna, en el aspecto material, pero también en el físico y el metafísico». Resume: «Toda mi vida hice lo que quería; no hice dinero, pero sí muchos amigos», entre otros en Holanda, donde le han reconocido como persona, como artista y como interlocutor del arte gallego.
-¿Por qué esa felicidad?
-Estoy interesado en los intercambios culturales entre España y Holanda. La escuela de La Haya siempre me fascinó, fui un devoto, casi rozando el fanatismo, desde el primer momento; esa escuela fue la precursora de los impresionistas franceses y así lo reconoce nada menos que Monet. Los holandeses eran modestos y sobre todo intimistas; es una pintura austera y honrada que llego a emocionarme. El director del Rijksmuseum me dio una posibilidad única: abrieron las escotillas de los fondos nacionales y me dejaron escoger los cuadros que el día 15 de abril del próximo año estará aquí. Más adelante tengo intercambios que abarcan hasta finales de 2012.
-¿Qué tipo de obras son?
-Son 81 piezas de los fondos del Rijksmuseum, todos ellos cuadros de esa escuela intimista de La Haya.
-¿Se han visto en España?
-No, es la primera vez que vendrán. Me parece que fue en el año 1949 cuando hubo un muestra como esta, pero con menos pintura, en el Metropolitan de Nueva York, por cierto, con un éxito impresionante. Lo que vendrá a A Coruña es el tope de lo que ha podido salir de Holanda.
-¿Ya se sabe dónde estará?
-Se sabe todo. Yo soy el comisario de la exposición, la haremos a mediados de abril del próximo año y será en Palexco. Hace poco estuve con el ministro de Cultura, César Antonio Molina, que se mostró conmigo de una manera excelente y hablamos de estos proyectos.
-¿Y usted va a exponer?
-Me van a organizar dos exposiciones trascendentales para mí en Ámsterdam y en Madrid, en el año 10, dentro de dos años. Son dos lugares extraordinarios, que nunca soñé. Durante toda mi vida siempre hice papeluchos, bocetos... Y tengo más de cien papeluchos de esos que hablan de mi polifacetismo y mi inquietud en el arte, nunca estuve conforme con lo que hice. En esos bocetos están reflejada mi vida y será el plato fuerte de estas exposiciones.