Un silo de la aceitera Bunge se desplomó y arrastró a otro sin causar daños personales

R. García

A CORUÑA

15 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

«Oímos el ruido pero pensamos que era un avión y no le dimos mayor importancia». Esto apuntaba ayer una vecina de las proximidades de la fábrica de aceites Bunge Ibérica, en Culleredo, tras el desplome de uno de los silos donde se almacenaba soja. Mientras, varios vecinos apuntaban que el desplome se produjo minutos antes de la doce de la noche del pasado jueves, fuentes de la Policía Local de Culleredo indicaron que habían recibido el aviso a la una y media de la tarde de ayer, tras lo cual enviaron una patrulla a la zona para comprobar lo que había ocurrido.

A las instalaciones de la empresa de aceites también se trasladó el concejal de Medio Ambiente, Narciso Marzoa, así como personal del Seprona.

Una de las empleadas de la gasolinera situada frente a la fábrica apuntó que estaba dentro de las instalaciones cuando oyó un estruendo, «eran las doce menos cuarto de la noche, porque me faltaba poco para cerrar; al principio me extrañó, pero luego me olvidé del tema».

Por su parte Manuel Barbeiro, del restaurante A Marisqueira, emplazado justo enfrente de los silos caídos, apuntaba ayer que en la noche del pasado jueves escucharon el ruido «pero tampouco foi moita cousa». De todos modos, ayer ya pudieron comprobar la importancia del desprendimiento, con los restos metálicos del tanque despanzurrados hacia una explanada de las instalaciones de la compañía.

En las dependencias de la fábrica indicaron ayer -curiosamente mientras un avión que se dirigía al aeropuerto de Alvedro pasaba sobre la misma- que no había resultado afectado ningún trabajador y que ya se estaba trabajando en la reparación de los silos afectados.

Tapa colgada

Y es que del grupo de la media docena de depósitos más cercanos a la carretera que va desde O Paraguas hasta Cambre, frente al vial de entrada de la fábrica, uno de ellos se desplomó, arrastrando en la caída al que tenía más próximo; la enorme tapa de este segundo silo quedó colgando de los restos del mismo, mientras que un tercero, que está en la misma línea que los dos anteriores, no sufrió daños, al menos externamente.

Fuentes del Ayuntamiento de Culleredo destacaron ayer que no habían realizado ninguna intervención en estas instalaciones, al caer la soja dentro del recinto de la fábrica. Destacaron asimismo que no se produjo ninguna contaminación a la ría, ni ningún daño personal, según las informaciones que habían recibido de los responsables de la firma.

En cuanto a las razones por las que se cayó el silo, fuentes de la fábrica informaron al Ayuntamiento que la causa principal sería que se «abrió la chapa del silo». Indicaron también que el material que cayó se iba a almacenar de nuevo. En la tarde-noche de ayer, algunos operarios trabajaban en la zona del silo desplomado, si bien las principales labores de recuperación se llevarán a cabo a partir del próximo lunes, una fecha a la que desde la fábrica también remiten para las explicaciones técnicas sobre lo sucedido.