«Galicia solo cuenta con tres sordos universitarios, cuando en Andalucía hay más de cien»

A CORUÑA

01 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Las personas sordas mantienen entre ellas una discusión secular. Unos abogan por una metodología educativa oralista, orientada a buscar soluciones médicas. Otros defienden el orgullo de cuidar y dominar la lengua de signos y sentirse orgulloso de ella. Esta última postura es la defendida por Feliciano Sola, que es presidente de la Federación de Asociaciones de Personas Sordas de Galicia y vicepresidente de la Federación Mundial de Sordos. Una intérprete -en Galicia hay 600 personas tituladas- sirve de traductora para la entrevista

-¿Son muchos los casos que hay en Galicia similares a la estudiante china de Culleredo?

-La nueva ley que ha impulsado este Gobierno intenta que este tipo de situaciones no se produzcan. El problema ya no es que existan problemas puntuales en determinados centros, sino las trabas que padecemos las personas sordas en el sistema educativo actual en Galicia, pues la mayoría sólo puede optar a trabajos de baja capacitación. Hay un dato que lo resume todo: mientras que en nuestra comunidad hay tres sordos en la Universidad, en Andalucía son más de cien.

-¿Cómo se podría dar un vuelco a esta situación?

-Antes de nada quiero dejar muy claro que ser sordo y mudo no significa estar discapacitado intelectualmente. Hay que apostar por una metodología bilingüe o incluso trilingüe, en la que la lengua de signos sea fundamental. Sin olvidarnos de los métodos oralistas y de los avances médicos. En los países más avanzados los centros son bilingües, donde los niños aprenden el lenguaje oral y la lengua de signos.

-¿Por qué hay sordos que rechazan la lengua de signos?

-A muchos les cuesta aceptar ser sordos. Principalmente a sus padres, a quienes les produce un duro golpe que su hijo no hable. Por eso su objetivo es buscar una solución médica, rechazando la lengua de signos. Respeto esa postura, pero también les diría a esas personas que la lengua de signos forma parte de nuestra identidad y cultura. Tenemos que luchar para que los niños se sientan satisfechos y orgullosos de ser sordos y usar la lengua de signos. De lo contrario, se sentirán discapacitados, desmotivados.

-¿Cuáles son los principales objetivos de la asociación que usted preside desde hace 19 años?

-El reto principal de nuestro colectivo es la educación, pues defendemos el bilingüismo. El otro gran objetivo es el empleo. Es muy triste que la mayoría de las personas sordas desempeñen puestos de trabajo de baja capacitación. Este hecho se debe principalmente a las lagunas educativas de Galicia. Cada vez hay más gallegos que se ven obligados a acudir a centros andaluces, lo que produce una fuga de cerebros. Es más, le diré que en Estados unidos hay una Universidad específica para personas sordas.

-¿Qué es lo que más echa de menos un sordo?

-Estar más informados. La comprensión, para nosotros, es muy complicada. Menos mal que Internet ayuda. Hay una página que utiliza imágenes con lengua de signos.